La factura eléctrica asfixia la gran industria
La industria española está dando señales preocupantes por el impacto de la energía. La escalada de precios del gas por la guerra de Ucrania se ha traducido en una alta factura que muchas empresas ya no pueden soportar. Los costes energéticos se han disparado de manera exponencial. Los grandes productores industriales, la mayor parte multinacionales, ven como España sufre una sangría de competitividad por el precio de la luz. Grupos como ArcelorMittal, Ferroglobe y Michelin ya han adoptado medidas contundentes, con la parada de fábricas que se encontraban en fase de mantenimiento en verano, o con la paralización de hornos, que no pueden soportar la escalada del precio del gas. En el sector de materiales de construcción destacan los ajustes que está sufriendo la industria cerámica, con fuerte presencia en Levante; los fabricantes de vidrio y los productores de ladrillo. Es especialmente delicada la situación de las empresas cuya producción depende de tecnologías como la cogeneración. Grupos cerámicos como Pamesa y Ceranor, entre otros, han decidido paralizar la producción de sus fábricas que dependen de plantas de cogeneración, ya que no pueden competir debido al alto coste del gas. Actualmente, más del 60% de la producción de energía que depende de esta tecnología renovable está parada, una factura muy alta al estar en juego cifras de negocio de varios miles de millones de euros. Ante este drama energético, las gran industria española pide al Gobierno y a la UE medidas contundentes que estén a la altura de una situación excepcional. La vicepresidenta Teresa Ribera lleva días recabando propuestas de los distintos agentes que participan en el mercado de la electricidad. Además de ver en la energía nuclear una opción a medio y largo plazo, empresas de la talla de ArcelorMittal, Ferroglobe, Celsa, Alcoa y Acerinox, entre otras, recomiendan desacoplar el mercado de las energías renovables, hoy las más competitivas, de las tecnologías fósiles para la formación de precios.