Las promotoras mantienen el tipo
La promoción residencial sigue firme en España, a tenor de la cartera de las cuatro principales promotoras –Aedas, Neinor, Metrovacesa y Vía Célere–, que a junio pasado contaban con 13.094 unidades inmobiliarias prevendidas, con un valor contable conjunto de 3.775 millones de euros. La cifra es muy semejante a la de cierre de 2021, pero tras haberse vendido 4.100 viviendas en el período, lo que sugiere el mantenimiento de los precios a pesar del aumento de costes por la inflación. Además, las ventas representarían un crecimiento del 22% frente a la cifra de cierre de junio de 2021. Entre las promotoras españolas, Aedas, con 4.560 unidades en cartera, lidera el grupo, y sus estimaciones siguen siendo optimistas a pesar de la ligera contracción esperada a corto plazo: así, para el año fiscal 2022-2023 (con cierre a 31 de marzo) estima, en el punto medio del rango, una caída de ingresos y ebitda del 8,75% y el 15%, respectivamente, lo que arrojaría ingresos y ebitda de 925 y 165 millones, pero con una recuperación en 2023 y con una rentabilidad sobre el capital (ROE) en ambos ejercicios en el entorno del 12%. Metrovacesa, que cuenta con 3.061 unidades pre vendidas, informó en su presentación a junio que mantiene su calendario de entregas a pesar de la volatilidad de los costes de construcción y que espera mantener los márgenes. Le sigue Via Célere con 2.837 viviendas y con una estrategia muy enfocada al negocio de build to rent (vivienda nueva para alquiler). Por su parte Neinor, con 2.636 viviendas prevendidas, mantiene su expectativa de vender entre 2.500 y 3.000 viviendas este año y un ebitda de entre 140 y 160 millones de euros. En suma, el sector atraviesa una fase de cauto optimismo sin que haya claras señales de fatiga en la demanda, con la amenaza más evidente a corto plazo, en cualquier caso, del fuerte incremento de los costes de construcción, que de seguir su escalada puede llevar a las compañías a subir precios para evitar un mayor deterioro de sus márgenes. grandes bancos siguen elevando posibles propuestas. Goldman Sachs considera que una posible respuesta para Alemania, exportable al resto de la UE, pudiera ser el modelo de déficit de tarifa que usó España durante años. Según Goldman, Alemania consume 90.000 millones de metros cúbicos de gas al año, el triple que España, con una dependencia del gas ruso sobre las necesidades totales del 50% y con un peso del gas sobre todas las fuentes de energía del 25%. En un escenario plausible, la factura energética mensual de un hogar tipo en Alemania podría pasar de 170 a 800 euros, por lo que el banco de inversión considera que una solución pudiera ser, temporalmente, un mecanismo artificial de fijación de precios, tal como fue el déficit de tarifa que existió en España entre 2000 y 2013, que llegó a acumular 30.000 millones y que no será plenamente amortizado hasta 2028. Sería una patada al problema hacia delante, pero si se hace con luz y taquígrafos sería una patada entendible porque es urgente ganar tiempo.