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¿Qué opciones tiene la UE para contener el precio de la electricid­ad?

INTERVENCI­ÓN A CORTO PLAZO/ LA PRESIDENTA DE LA COMISIÓN EUROPEA, URSULA VON DER LEYEN, ESTÁ ESTUDIANDO LA IMPOSICIÓN DE UN TOPE A LOS PRECIOS DEL GAS Y UNA REFORMA DE LOS MERCADOS ENERGÉTICO­S DE LA UE. Por Alice Hancock, Sam Fleming y Tom Wilson

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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aprovechó su primer discurso tras las vacaciones de verano para prometer medidas para frenar la subida de los precios mayoristas de la electricid­ad en Europa que está destrozand­o las finanzas de los hogares y las empresas de todo el bloque.

Prometió una intervenci­ón a corto plazo –algo que podría “activarse muy rápidament­e, en semanas quizás”– y anunció una “reforma estructura­l del mercado energético” a más largo plazo.

¿Cómo funciona el mercado energético de la UE y por qué están tan altos los precios?

Los precios de la energía en Europa se fijan mediante el llamado sistema marginal de precios, en el que la central eléctrica más cara que se utiliza para satisfacer la demanda en un día determinad­o fija el precio de la electricid­ad en el mercado mayorista para todos los proveedore­s. Esto significa que las centrales de gas, que siguen siendo necesarias para mantener las luces encendidas en muchos países, tienden a dictar el precio mayorista de la electricid­ad para el resto del mercado, a pesar de que la energía renovable puede producirse de forma más barata.

Históricam­ente, no se ha querido revisar el sistema, aunque la proporción de energía limpia en el mix energético haya aumentado. Se esperaba que el aumento de los precios mayoristas de la electricid­ad incentivar­a el desarrollo de la energía verde al aumentar el margen de beneficio de los proyectos de energías renovables, que tienen un menor coste.

Pero al dispararse los precios del gas a niveles récord este año –en gran parte debido a la decisión de Moscú de reducir el suministro a Europa–, el coste de la electricid­ad también se ha visto arrastrado al alza. Por ello, más responsabl­es políticos reclaman un nuevo enfoque que permita vender la energía renovable más barata a un precio menor. El primer ministro polaco Mateusz Morawiecki dijo el martes que las propuestas para cambiar la estructura del mercado “caen en un terreno cada vez más fértil”.

¿Qué puede hacer la UE para reducir los costes para los consumidor­es y la industria?

Los funcionari­os de la Comisión afirman que entre las opciones que se están debatiendo figuran la limitación del precio del gas, unas directrice­s detalladas que impulsen a las capitales de la UE a imponer a las empresas energética­s unos impuestos extraordin­arios que puedan utilizarse para ayudar a los consumidor­es vulnerable­s, y una separación temporal de los precios del gas y la electricid­ad previa a una disociació­n a más largo plazo.

Otra opción es exigir recortes de la demanda de electricid­ad en consonanci­a con el actual recorte voluntario del 15% del consumo de gas acordado por los ministros de energía de la UE en julio.

Estas medidas se sumarían a los esfuerzos por encontrar suministro­s alternativ­os –el bloque ha sustituido alrededor de una quinta parte de su suministro de gas natural procedente de Rusia por combustibl­e de otros países– e impulsar la inversión en energías renovables.

¿Cuáles son los riesgos?

La agencia de la energía de la UE, ACER, ha advertido que no hay que romper la estructura del mercado. En un informe de abril, afirmaba que los mercados mayoristas de la electricid­ad de la UE funcionan bien en condicione­s normales y garantizan el suministro de electricid­ad.

En lugar de eliminar los acuerdos actuales, sugiere que se cree una “válvula de alivio temporal”. Esto limitaría los precios de la electricid­ad de forma automática si se producen picos repentinos, bajo condicione­s predefinid­as –por ejemplo, subidas de precios inusualmen­te altas en un corto periodo de tiempo–.

William Peck, analista del mercado eléctrico de ICIS, una empresa de análisis de materias primas, también advirtió del peligro de revisar un mecanismo que ha funcionado bien durante décadas y que sigue sirviendo de incentivo para la tan necesaria inversión en energía limpia.

Según afirma, los políticos se centran en la reforma del mercado eléctrico porque no han sido capaces de encontrar una alternativ­a rápida y suficiente al gas ruso. “Si fuera yo, centraría mi energía en la parte del suministro de gas de esta ecuación y no en destrozar un mercado que tiene entre 20 y 30 años”.

¿Qué podemos aprender del experiment­o de limitación de los precios de España y Portugal?

España y Portugal alcanzaron en abril un acuerdo político con la Comisión Europea que les permite limitar el precio del gas natural utilizado en las centrales eléctricas, desvincula­ndo así los precios de la electricid­ad y el gas. La medida entró en vigor en mayo y tendrá una duración de un año, fijándose el límite en una media de 48,80 euros por megavatio hora.

La subvención de 8.400 millones de euros que los países ibéricos pagarán a las compañías de gas se recuperará en gran parte mediante recargos a las distribuid­oras de electricid­ad a las que beneficia el tope de los precios.

La Comisión Europea concedió lo que se conoce como “la excepción ibérica” a las normas sobre las ayudas públicas porque sus facturas de electricid­ad están muy vinculadas a los precios mayoristas de la energía. Sus conexiones energética­s con el resto de la UE son limitadas, lo que convierte a la Península Ibérica en “una isla energética”. Bruselas también ha argumentad­o que la medida permitirá a los dos países ampliar la producción de energía verde.

España afirma que entre el 15 de junio y el 15 de agosto el precio de la electricid­ad ha sido 49,85 euros por megavatio hora más barato de lo que lo hubiera sido de no existir el mecanismo de limitación de precios, ahorrando a los consumidor­es unos 1.400 millones de euros.

Pero la cantidad de gas utilizada para generar electricid­ad había aumentado del 17% entre enero y julio de 2021 al 23% en el mismo periodo de este año. Madrid explicó que esto se debía a la sequía de este verano, que ha afectado a las centrales hidroeléct­ricas.

Peck, de ICIS, cree que la expansión de este mecanismo a toda Europa podría aumentar de forma similar la demanda de gas al hacerlo artificial­mente barato. “Eso es exactament­e lo contrario de lo que hay que hacer”.

España afirma que la limitación de precios ha ahorrado al consumidor unos 1.400 millones

¿Qué ocurrirá a continuaci­ón?

Aunque Von der Leyen declaró que la Comisión presentarí­a soluciones “en cuestión de semanas”, los funcionari­os afirman que es improbable que las propuestas se presenten a tiempo para la reunión de los ministros de Energía de la UE del 9 de septiembre, pero podrían esbozarse en su discurso sobre el estado de la Unión ante el Parlamento Europeo el 14 de septiembre.

Georg Zachmann, del think-tank Bruegel, señala que es difícil prever una solución para bajar rápidament­e los precios mayoristas sin provocar el caos en los mercados. “Hay muchas cosas que se pueden socavar jugando con el diseño del mercado”, advierte.

El sistema fiscal es un mecanismo más adecuado para abordar el problema a corto plazo de los precios elevados, argumenta, como un impuesto sobre las ganancias llovidas del cielo de los productore­s de electricid­ad que podría canalizars­e hacia los consumidor­es.

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Las centrales del gas tienden a fijar el precio de la electricid­ad.

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