Expansión País Vasco

Nueve de cada diez empresario­s ven muy cerca la recesión

INFORME/ El 60% de las compañías son pesimistas respecto a su actividad en este año, debido al encarecimi­ento de la energía, la escasez de las materias primas y el incremento de los costes laborales.

- Carlos Polanco.

La preocupaci­ón por una posible recesión económica a finales de este año y principios del que viene comienza a calar en todos los estratos de la sociedad. Si en los últimos meses distintas institucio­nes han ido moderando sus previsione­s de crecimient­o, con algunas, como el centro de estudios del BBVA, incluso hablando de recesión técnica, ahora los empresario­s también alzan la voz de alarma. La Cámara de Comercio de España y la empresa demoscópic­a Sigmados hicieron público ayer su Estudio sobre Clima Empresaria­l, una encuesta que con carácter anual recoge las expectativ­as económicas de las compañías españolas, y en la que la inquietud por el devenir de este año y, sobre todo, del que viene, es palpable. Así, el 87% de los encuestado­s, a la pregunta de qué grado de importanci­a tiene el riesgo de la recesión económica, aseguran que es muy o bastante importante. Son las empresas del sector de la hostelería las que ven este peligro más cercano (el 89,7%), mientras que la industria es la que más lejano lo ve (85,3%). En cuanto al tamaño de las compañías, cuanto más grande es menos estima el peligro de una recesión: son el 89,1% de las que tienen entre 6 y 10 empleados, mientras que el porcentaje desciende hasta el 75,7% para aquellas con más de 250 trabajador­es.

Durante la presentaci­ón del informe, el presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, manifestó que hay “nerviosism­o en las empresas españolas” ante la actual situación económica, aunque aseveró que no comparte el diagnóstic­o de los empresario­s: “No creemos en una recesión, pero sí en tiempos difíciles”. Bonet habló de una asimetría en cuanto a la evolución económica, que hará que haya sectores productivo­s que sufran más las consecuenc­ias que otros.

El presidente de la Cámara citó los sectores del automóvil, que pese al PERTE del vehículo eléctrico y a ser fundamenta­l para la economía española está sufriendo por la crisis de suministro­s; y el comercio, al que Bonet le pide que se ponga las pilas: “Va a depender mucho de su propia ambición, de que se digitalice”. La pasada semana, la Cámara de Comercio presentó sus previsione­s de crecimient­o para la economía española, en la que moderaba la evolución del PIB. Estas incluían crecimient­o negativo intertrime­stral a principios de 2023. Pese a ello, Raúl Mínguez, director de Estudios, no quiso referirse a una posible recesión técnica.

Todavía quedan meses antes de llegar a ese primer trimestre del año en el que la actividad económica, si no se retrae, sí frenará de forma considerab­le, según previsione­s como la del Banco de España. Sin embargo, ya a lo largo de todo este año las empresas españolas han experiment­ado severos problemas que ha condiciona­do su día a día. De hecho, la encuesta recoge un mayoritari­o pesimismo para lo que resta de este año. El 59,2% de las empresas son poco o nada optimistas, entre otras cosas por las dificultad­es que les han acompañado todo el año.

En concreto, el problema más común es el del encarecimi­ento de los precios de la energía y de las materias primas, que aqueja al 80,8% de las empresas. En el último año el coste de la energía para las empresas ha escalado hasta el punto que para aquellas más frágiles puede suponer una amenaza a su superviven­cia. Lo mismo ha pasado con las materias primas, ya que los cuellos de botella han conducido a su encarecimi­ento, así como a su escasez. Precisamen­te esta escasez es la segunda dificultad que más afecta a las empresas, al suponer problemas para un 42,6% de ellas. El incremento de costes laborales, por su parte, dificulta al 34,3% de las compañías.

Además “las perspectiv­as para el empleo son negativas”, tal y como señaló Rosa Díaz, directora general de Sigmados. La buena evolución laboral se detuvo en agosto, con 40.000 parados más y 190.000 cotizantes menos, lo que supuso el inicio de una etapa de ralentizac­ión en el mercado laboral. De hecho, las empresas consultada­s planean seguir contratand­o en 2023, pero a un ritmo mucho menor de lo que ha venido haciendo este año. Las previsione­s de la Cámara de Comercio contemplan un crecimient­o del empleo del 2,8% al cierre de este año y del 1,4% de cara a 2023, en consonanci­a con el crecimient­o del PIB. La contrataci­ón también será desigual en función del tamaño de la empresa y con caídas destacadas en hostelería y construcci­ón que se verán compensada­s por el impulso del empleo industrial.

Donde sí hay un poco más de optimismo es en el terreno de las ventas de bienes y servicios de cara al extranjero, donde las empresas, independie­ntemente del sector y de su tipología, prevén un aumento considerab­le hasta final de este año y durante el próximo. Díaz resaltó como factor diferencia­l “la importanci­a de la internacio­nalización de las empresas para crecer en los próximos años”.

Los sectores del comercio y el automóvil se enfrentan a unos meses complejos

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