Lambán abre la puerta a un giro fiscal en Aragón si le apoya el cuatripartito
El terremoto provocado por Ximo Puig en las filas del PSOE al desmarcarse de la estrategia del Gobierno y anunciar una rebaja fiscal en la Comunidad Valenciana no ha tenido de momento réplica en otras autonomías regidas por los socialistas, pero ha provocado las primeras fisuras, grietas y dudas entre sus barones. El presidente de Aragón, Javier Lambán, abrió ayer la puerta a la “posibilidad” de retocar la fiscalidad de la región si los cuatro partidos que forman el gobierno aragonés (PSOE, PAR, CHA y
Podemos) se muestran de acuerdo. “Si el acuerdo sobre mantener inalterable la fiscalidad fue uno de los pilares sobre los que se sustentó el pacto de investidura, cualquier cambio que se pudiera producir, y no estoy diciendo que se vaya a producir pero admito la posibilidad, tendría que ser de acuerdo por parte de los cuatro partidos que formamos el actual gobierno”, afirmó el mandatario aragonés. Lambán se suma así al debate abierto sobre la fiscalidad en España tras las rebajas impositivas en cascada anunciadas por las regiones gobernadas por el PP, que buscan aliviar a las familias en un contexto de elevada inflación. Aunque Lambán subrayó que el pacto de investidura incluía el compromiso de no modificar la política fiscal “ni para arriba ni para abajo”, ayer reconoció que en los últimos tiempos “han cambiado las cosas”, y no solo por las secuelas del Covid, sino también por la inflación, que tildó de “gravísimo problema”.
Pese a sus palabras, el presidente aragonés admitió su escaso margen de maniobra, ya que la región carece competencialmente de instrumentos fiscales para “remediar” la insuficiencia de recursos financieros, de manera que las políticas fiscales “tienen un alcance muy reducido” y el sistema de servicios públicos puede “incluso colapsar”. Lambán, que aseguró que “a mí lo que hagan otras comunidades me da igual”, en alusión a la bajada de impuestos de Puig, abogó por abordar cualquier cambio en la fiscalidad en el marco de la reforma de la financiación autonómica, porque “primero hay que ponerse de acuerdo en qué modelo de país, de servicios sociales, queremos”.