La crisis se salda sin fusiones y con una aceleración de los cambios
Expertos y consultoras pronosticaban al principio de la pandemia una oleada de fusiones y concentraciones en el sector de las aerolíneas. La realidad ha sido bien diferente, al menos en España, ya que las líneas aéreas se han buscado la vida para sobrevivir, ya sea mediante créditos del ICO o los rescates que ha llevado a cabo la Sepi.
La única operación que está en marcha en España es la adquisición de Air Europa por parte de IAG, el hólding de British Airways e Iberia. La compra no es consecuencia de la crisis pandémica porque se planteó en noviembre de 2019 y, de hecho, la pandemia de Covid la ha retrasado.
En cambio, las aerolíneas sí que han acelerado algunos cambios sobre los que se comenzaba a hablar antes de la pandemia. El principal de ellos tiene que ver con la sostenibilidad.
La activista sueca Greta Thunberg ha desaparecido de la agenda, pero su mensaje contra la contaminación –resumido en la expresión “Vergüenza a volar”– resuena con más fuerza si cabe en los despachos de las aerolíneas, ya que la cuestión verde es vista como una amenaza a la continuidad de los negocios.
Las compañías, obligadas a devolver la deuda en los próximos años, han anunciado inversiones ingentes durante esta década para renovar flotas lo que, además de reducir su impacto ambiental, les permitirá recortar costes. Y este es precisamente el otro gran cambio: la mejora de la competitividad con una estructura mucho más flexible.
Aceleración en la renovación de flotas y unos costes más flexibles, los grandes cambios