La polarización en Brasil aleja las reformas
La primera vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil deja un país dividido prácticamente en dos. Pese a la victoria en votos del expresidente de izquierdas Lula da Silva con una distancia más estrecha de lo esperado, los partidos que sustentan al actual mandatario del país carioca, Jair Bolsonaro, han logrado una mayor representación tanto en el Congreso como en el Senado y los gobiernos estatales. Lo cual, en caso de que Lula consiga finalmente la Presidencia en la segunda vuelta del próximo día 30 como apuntan los sondeos, le dificultará sobremanera poner en marcha su programa electoral para disparar el gasto social y aumentar la presencia del Estado en la economía. La dilución de los partidos de centro, otrora el eje de la gobernabilidad en el país, también aleja la posibilidad de que el futuro presidente brasileño logre los apoyos parlamentarios necesarios para implantar las reformas estructurales que necesita la economía brasileña tras casi una década de escaso crecimiento desde el estallido de la burbuja de las materias primas en 2014. Sin embargo, los inversores valoraron más que con este resultado electoral no habrá cambios radicales en el país a medio plazo, llevando al índice Bovespa a una fuerte revalorización con la que acumula una subida del 9% en lo que va de año, a diferencia de las caídas que sufren la mayoría de las Bolsas mundiales. La estabilidad futura de la economía brasileña es crucial para multinacionales españolas como Santander, para el que representa su principal granero de ingresos, mientras que para Telefónica o Mapfre se ha convertido en su segundo mayor mercado.