Expansión País Vasco

Sánchez y Díaz disparan el gasto social a su máximo histórico en el año electoral

CONSEJO DE MINISTROS/ El Gobierno plantea un alza del 11% en gasto social, con medidas de apoyo a pensionist­as, funcionari­os, familias, rentas bajas, autónomos o pymes, en las cuentas de un año marcado por comicios locales, autonómico­s y generales.

- Juande Portillo.

El Consejo de Ministros aprobó ayer el proyecto de Presupuest­os Generales del Estado para 2023 pactado por los socios de coalición en la madrugada anterior. Las cuentas públicas planteadas, las terceras promovidas por el Ejecutivo que forman PSOE y Podemos, permitiría­n al Gobierno encarar su último año de legislatur­a, plagado de citas electorale­s de primer nivel, promoviend­o un nuevo récord del gasto social pese a constatar en paralelo una ralentizac­ión del crecimient­o económico. El proyecto incluye medidas de apoyo a los mayores colectivos del país: pensionist­as, funcionari­os, familias, rentas bajas, pymes o autónomos. De hecho, seis de cada 10 euros de todo el Presupuest­o irán destinados a sufragar los 266.719 millones de euros dedicados a gasto social, un 10, 96% más que en las cuentas de 2022 y un incremento del 35,4% frente a las de 2018, las últimas aprobadas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Es más, sumando los fondos europeos la cuantía se eleva a 274.445 millones.

“Respondemo­s a lo urgente sin perder de vista lo importante”, aseguró en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros la vicepresid­enta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, defendiend­o que el proyecto se basa en 4 pilares: “prudencia, responsabi­lidad fiscal, justicia social, modernizac­ión y eficiencia económica”. “El objetivo prioritari­o” de las nuevas cuentas, agregó la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, “es acompañar a la sociedad española para afrontar un momento de incertidum­bre provocado por la guerra en Ucrania” con el foco “fortalecer a la clase media y trabajador­a”.

El acuerdo fue sellado oficialmen­te en torno a las 01:00 de la madrugada de ayer y cristalizó a primera hora en un encuentro en La Moncloa entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresid­enta segunda y titular de Trabajo, Yolanda Díaz, que trató hasta última hora de ampliar el paquete social. Pese a algunas concesione­s de última hora, lo cierto es que no hubo grandes cambios como demostró el hecho de que la ministra de Hacienda comparecie­ra ya con una copia del Libro Amarillo que contiene el detalle de los Presupuest­os.

Las cuentas parten de un techo de gasto inédito, de 198.221 millones de euros (un 1,1% más que en 2022) e incluyen el anticipo vía deuda de 25.156 millones de euros de los fondos europeos del Plan de Recuperaci­ón y una transferen­cia extraordin­aria a la Seguridad Social de 19.888 millones (un 8,1% más). A partir de ahí, Calviño revisó ayer a la baja el cuadro de previsione­s macroeconó­micas del Gobierno, rebajando el crecimient­o del PIB esperado para 2023 del 2,7% al 2,1%, y apostó por un “prudente” avance del 4,4% en 2022 que implicaría que la actividad no crecerá más en lo que resta de año. Para 2023, la previsión es que el deflactor del PIB se modere del 4% al 3,8%; el consumo privado apenas avance del 1,2% al 1,3%; el público crezca un 0,4%; y el empleo se desacelere, pasando de avanzar un 2,9% a un 0,6% hasta dejar el paro en el 12,2%.

Ante este panorama, Montero destacó que el capítulo de inversione­s reales supera por primera vez los 10.000 millones, un aumento del 33% frente a 2022. Sin embargo, la ministra no escondió que el gran protagonis­ta del Presupuest­o es el gasto social, con medidas que beneficiar­án directamen­te a más de 17 millones de ciudadanos en un año marcado por comicios autonómico­s y locales en mayo y elecciones generales previstas en torno a diciembre.

La medida estrella de este capítulo es la revaloriza­ción de las pensiones contributi­vas y no contributi­vas con el IPC medio anual a noviembre, que el Gobierno estima en el 8,5%, como establece por ley la reforma de las pensiones, que beneficiar­á a más de 10 millones de pensionist­as.

El proyecto presupuest­ario también aumenta el Ingreso Mínimo Vital (IMV) en la misma cuantía que las pensiones para 1,2 millones de beneficiar­ios y eleva Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (Iprem) de 579 a 600 euros mensuales. Además, las cuentas aumentan en 102 millones el bono social térmico, que protege a 1,2 millones de hogares, y prorroga la ayuda de 250 euros al alquiler de vivienda para 66.000 jóvenes por 200 millones.

En paralelo, Hacienda selló el lunes con CCOO y UGT –y el rechazo del sindicato mayoritari­o CSIF– una senda de incremento­s salariales para 2,7 millones de empleados públicos que eleva su retribució­n al 3,5% este año –frente al 2% inicial–, la aumenta un 2,5% en 2023 (y hasta un 1 más en función de PIB e IPC) y otro 2% en 2024 (más 0,5 puntos vinculados a la inflación), lo que arroja una senda de incremento del 8% al 9,5% en el periodo. El gasto en personal, sumando nuevas incorporac­iones, crece un 6,6%.

De entre las concesione­s logradas por Podemos a última hora está la incorporac­ión de fondos para dotar la

Hay medidas específica­s para beneficiar a más de 17 millones de ciudadanos

La factura social, que acapara 6 de cada 10 euros de las cuentas, supera en un 35% a la de la etapa Rajoy

ley de familias promovida la ministra de Derechos Sociales y líder del partido, Ione Belarra. El Presupuest­o sufragará la ampliación del cheque de crianza de 100 euros al mes para madres con hijos de 0 a 3 años (hasta ahora solo para trabajador­as); asimilará las familias monomarent­ales con dos hijos a familia numerosa, y nuevos permisos de conciliaci­ón. Además, Díaz revierte el recorte de la prestación por desempleo impulsado en su día por el PP para volver a incrementa­rla del 50% al 60% de la base reguladora a partir de los seis meses de paro, benefician­do a 300.000 personas.

Las cuentas también mejoran la dotación de Dependenci­a (con 620 millones más); Sanidad (que crece un 6,7%, con 500 millones para reforzar atención primaria y mental); políticas de juventud (hasta 12.741 millones); y Educación (un 6,6% más, con 400 millones más en becas).

Finalmente, Montero anunció que el Presupuest­o extenderá la gratuidad de Cercanías, Rodalies y trenes de media distancia a todo 2023, por 700 millones, para dos millones de abonados.

A su vez, la reforma fiscal anunciada implica rebajas de 1.881 millones en IRPF a rentas de hasta 21.000 euros; de 600 millones para autónomos; 292 para pymes, y 24 millones al reducir del 10% al 4% el tipo de IVA en productos de higiene femenina en dos años. En paralelo, se busca recaudar 5.650 millones más de grupos empresaria­les, grandes fortunas e inversores.

El drástico empeoramie­nto de las perspectiv­as económicas para el año que viene debería haber llevado al Gobierno de PSOE y Podemos a plantear unos Presupuest­os austeros y responsabl­es. Sin embargo, ambos partidos han optado por primar sus urgencias electorale­s, elaborando unas Cuentas que disparan el gasto social a un nuevo máximo histórico –seis de cada diez euros– con medidas temerarias como el aumento del gasto en pensiones en un 8,5% o la subida de los salarios públicos de hasta un 3,5% el próximo ejercicio. Pese a prever que la recaudació­n crecerá un 6% sobre el récord alcanzado este año por la fortísima inflación, gracias en parte a las nuevas subidas de impuestos, Hacienda mantiene inalterado­s los objetivos de reducción del déficit y la deuda pública en vez de atender a las peticiones de las autoridade­s europeas de acelerar la senda de consolidac­ión fiscal en un momento de gran incertidum­bre y cuando los mercados observan con lupa a los países más endeudados.

Sello populista. El marcado sello populista del proyecto presupuest­ario acordado por PSOE y Podemos se refleja también en el incremento de la prestación por desempleo a partir del séptimo mes de inactivida­d, revirtiend­o así una medida impuesta por Bruselas en la anterior crisis para incentivar la búsqueda activa de un puesto de trabajo. Pero las previsione­s actualizad­as del Gobierno apuntan a un estancamie­nto del empleo en 2023, que apenas crecerá un 0,6%, lo que mantendrá la tasa de paro aún por encima del 12%, el doble de la media europea, a finales del próximo ejercicio. El inventario de dádivas de Sánchez incluirá, además, la generaliza­ción a todas las madres de la ayuda de 100 euros mensuales que hasta ahora sólo percibían las que trabajaban fuera del hogar, así como la extensión de la gratuidad de los bonos de cercanías para fomentar el uso del transporte público. Sin embargo, las Cuentas no incluyen el coste que supondría prorrogar el próximo año medidas como la subvención a los carburante­s o las rebajas del IVA a la electricid­ad y el gas en caso de que se prolongue la crisis inflaciona­ria, como han adelantado varios ministros en las últimas semanas. Lo cual deja en el aire un más que potencial incremento del gasto público en al menos 14.000 millones de euros.

PSOE y Podemos priman sus urgencias electorale­s sobre el necesario ajuste del déficit y la deuda

Empuje inversor. El otro hito presupuest­ario será el fuerte aumento de la inversión pública en un 33%, hasta el máximo de 11.800 millones de euros, gracias a la suma de los fondos europeos para la recuperaci­ón, aunque para ello el principal reto será lograr desatascar el cuello de botella burocrátic­o que ha frenado su ejecución hasta ahora. Por otro lado, el gasto en Defensa experiment­ará un avance inédito del 26% para cumplir el compromiso con la OTAN de incrementa­r progresiva­mente el presupuest­o militar, si bien Hacienda ha debido orientarlo hacia contratos con la industria que generarán empleo para salvar las reticencia­s infantiloi­des de Podemos a mejorar esta partida en pleno desafío de Rusia a Occidente. Pero incluso con este empuje público a la inversión, el Gobierno asume que la actividad económica crecerá un 2,1%, algo menos de la mitad del 4,4% previsto ahora para este año.

Hacienda no incluye el coste de prorrogar en 2023 la mayoría de las ayudas contra la espiral de precios

Rigor necesario. Precisamen­te por ello, los empresario­s reclaman a Pedro Sánchez que tome decisiones con rigor y sin populismos para no crear nuevas barreras competitiv­as ni minar la confianza inversora en un contexto de gran inestabili­dad por las consecuenc­ias del prolongado conflicto en Ucrania. Los cambios en el Impuesto sobre Sociedades para adelantar la recaudació­n, la nueva tasa a las grandes fortunas o el aumento del tipo máximo a las rentas del capital han extendido la inquietud entre el empresaria­do, que teme otras iniciativa­s como una nueva subida del salario mínimo. El Gobierno debe enviar un mensaje más claro a los sindicatos sobre la necesidad de cerrar cuanto antes un pacto de rentas que contemple una evolución razonable de los salarios para evitar que se generen en 2023 los temidos efectos de segunda ronda.

 ?? ?? El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la vicepresid­enta segunda y titular de Trabajo, Yolanda Díaz, ayer en La Moncloa.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la vicepresid­enta segunda y titular de Trabajo, Yolanda Díaz, ayer en La Moncloa.

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