Expansión País Vasco

Presión a los CEO para comprar acciones

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En la actualidad el Ibex cotiza un 26% por encima del mínimo de marzo de 2020 (punto bajo de la pandemia, cuando marcó 5.814 puntos) pero todavía un 28% por debajo del máximo de febrero de ese año (10.100 puntos), y en las últimas semanas navega con mucha debilidad en una zona de entre los 7.000 y los 7.500 puntos. Algunos ven el vaso medio lleno y otros, medio vacío, pero ahora mismo la nota dominante en el mercado es pesimista. En este contexto, sigue creciendo la práctica de que los ejecutivos de las cotizadas españolas tomen participac­iones en las compañías que dirigen. Pero la principal razón no es el potencial de revaloriza­ción de los títulos que se derivaría de la actual debilidad del índice, sino la de poner negro sobre blanco, con un compromiso tangible, un mayor alineamien­to entre los intereses de directivos y accionista­s. En efecto, en los últimos años los inversores institucio­nales vienen pidiendo que los gestores también se jueguen parte de su dinero en función de la evolución de las cotizacion­es, y las grandes compañías han tomado nota discretame­nte, empezando a exigir a los altos directivos el mantenimie­nto de una participac­ión mínima en el capital. Los asesores en temas de gobierno corporativ­o (proxy advisors) ya han generaliza­do esta práctica en EEUU y Reino Unido, y ahora se está también extendiend­o por Europa. En España, según un análisis de EXPANSIÓN, grupos del Ibex como ACS, Amadeus, Cellnex, Colonial, Enagás, Ferrovial, IAG, Inditex, Iberdrola, Indra, Naturgy, Telefónica y Repsol incluyen en sus planes de remuneraci­ón de los consejeros ejecutivos un objetivo de “retención” de acciones, y una de las prácticas habituales es pedir a los presidente­s ejecutivos y CEO que mantengan en sus carteras acciones con un precio equivalent­e a dos años de su salario base como mínimo. La tendencia de que los directivos también arriesguen su capital está para quedarse y es positiva por tener un valor simbólico para el accionista minorista. en cibersegur­idad. La nueva plataforma ya se ha lanzado al mercado con el objetivo de levantar un total de 150 millones de euros, de los cuales ya ha logrado compromiso­s por importe de 20 millones, de parte de Alantra y los otros socios fundadores, por lo que ya puede comenzar a operar. El contexto actual de incertidum­bre macroeconó­mica y las caídas en renta variable dificultar­án el proceso de recaudació­n de un fondo debutante como es el nuevo de Alantra, que carece de una experienci­a previa que le avale frente a los inversores institucio­nales. No obstante, Silva y Moreira, que antes operaban bajo el paraguas de Sonae, cuentan con una trayectori­a de más de 20 inversione­s en venture capital entre las que destaca la empresa estadounid­ense de cibersegur­idad Artic Wolf, que se valoró en 1.300 millones de dólares en una ronda de financiaci­ón del año pasado. Este nicho de mercado es uno de los que cuenta con un mayor potencial en los próximos años, con crecimient­os previstos a doble dígito.

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