Atentos a las señales de tensión del mercado
La tormenta en el mercado de bonos en el Reino Unido que ha puesto en jaque a los fondos de pensiones podría no ser un elemento aislado. Hace tiempo que muchos expertos alertaban de la necesidad de corregir los excesos monetarios que soportaron la gran crisis de deuda de 2008. Pero ningún banco central había dado ese paso cuando llegó la pandemia y se volvió a poner más carga de liquidez. De esos polvos, estos lodos: una inflación disparada, una guerra en Europa que tiene en jaque los mercados energéticos, de materias primas y economías al borde de la recesión. Pero a las autoridades monetarias ya no les queda margen y tienen que retirar la liquidez excesiva. Su labor contra la inflación se complica con el aumento significativo del gasto de los gobiernos para afrontar los efectos de la guerra y la crisis energética. Ambos reman en sentidos opuestos. Una tormenta perfecta. Ayer volvió a producirse una venta masiva de bonos del gobierno del Reino Unido y el Banco de Inglaterra insistió en que su intervención finaliza el viernes. No actuará de emergencia ni un día más. Pero es evidente que los inversores no creen en la palabra de la autoridad monetaria. Italia también está bajo presión en los mercados de bonos, pese al apoyo antifragmentación del BCE por las dudas que genera la poltítica fiscal del nuevo gobierno. Los mercados están muy estresados y no pocas voces apuntan que el movimiento de precios podría ser el próximo año tan brusco como ya lo ha sido en el Reino Unido. El índice de tensión financiera del Tesoro de EEUU, que mide el estrés en los mercados crediticios, está en un “nivel crítico limíte”.