MásMóvil baja deuda de cara a la fusión
MásMóvil ha recaudado en poco más de dos meses casi mil millones de euros que destinará fundamentalmente a reducir su abultada deuda. Para ello, ha realizado tres desinversiones: la venta de una sociedad que agrupa activos de telecos de su filial Euskaltel valorada en 580 millones; la ampliación por 200 millones del acuerdo que mantenía con Onivia, para venderle otros 500.000 hogares en poblaciones pequeñas y que es una extensión del inicial por el que le vendió 1,1 millones de hogares, y finalmente, la venta, por unos 150 millones, de Nowo, la filial de Portugal, que adquirió en 2019 por 15 millones de euros. Ninguna de esas operaciones ha sido totalmente voluntaria, ya que en todas se han dado causas que le han empujado a ello. La primera era un compromiso previo con los acreedores a los que MásMóvil colocó la deuda contraída para comprar Euskaltel; en el caso de la venta a Onivia, tenía todo el sentido porque en su mayor parte se trataba de ampliaciones de cobertura en los mismos municipios en los que Onivia le había adquirido el primer paquete de 1,1 millones de hogares. Y en el caso de Portugal, la venta se produjo porque Orange no estaba interesada en el mercado luso y, ademas, las perspectivas de rentabilidad, muy altas inicialmente, al tener que competir solo con los tres incumbentes, se deterioraron radicalmente con la llegada de un durísimo competidor como la rumana Digi, haciendo imposible una explotación rentable del negocio en un mercado tan pequeño como el portugués, cinco veces menor que el español. Pero el caso es que las desinversiones van en la buena dirección. Porque el principal problema con el que nace la futura Orange-MásMóvil es su elevada deuda, de más de 5 veces ebitda. La necesidad de reducir esa deuda será un problema de cara a afrontar las inversiones, especialmente de 5G, que la joint venture está presentando a los reguladores como uno de los principales argumentos que se barajan para que se apruebe la fusión.