La banca renueva las líneas de circulante a Celsa
Balón de oxígeno momentáneo para Celsa. El grupo siderúrgico catalán ha alcanzado un acuerdo preliminar in extremis con la gran banca española para renovar a corto plazo las líneas de circulante abiertas a la compañía, que ascienden a un total de 525 millones de euros y vencen el próximo día 31.
Fuentes cercanas a las negociaciones entre Celsa y la banca comercial acreedora, con Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell a la cabeza, confirmaron ayer que las entidades están dispuestas a renovar las líneas y que el preacuerdo con el grupo de la familia Rubiralta estará ahora bajo la lupa de los comités de riesgos de las diferentes bancos.
La prórroga de la financiación bancaria a Celsa, adelantada ayer por El País, tendrá serias limitaciones temporales. El plazo máximo de vigencia de las líneas de circulante será de tres meses, es decir, hasta finales de enero, pero la financiación será revisada cada quince días por las entidades, según las mismas fuentes.
La banca quiere evitar el ahogo de Celsa, que se está viendo castigada por la subida de los costes energéticos, pero, al mismo tiempo, urge a cerrar cuanto antes las negociaciones entre la siderúrgica y los fondos acreedores para la reestructuración de la deuda global del grupo. Este acuerdo permitiría desbloquear el desembolso del rescate de 550 millones de euros a Celsa aprobado antes del verano por la Sepi.
El pasado 26 de septiembre, fondos y bancos internacionales como SVP, Cross Ocean, Goldman Sachs o Deutsche Bank presentaron ante los juzgados mercantiles de Barcelona un plan de reestructuración para Celsa coincidiendo con la entrada en vigor de la nueva ley concursal. Su fórmula consiste en sanear la siderúrgica mediante la capitalización de gran parte de la deuda que está en manos de estos vehículos financieros y que suma 2.275 millones de euros. La banca comercial está al margen del plan de reestructuración.
A primeros de mes, el juez mercantil nombró a Lexaudit como experto para asesorar en la reestructuración de Celsa y mediar entre las dos partes, aceptando así la propuesta realizada en este sentido por los fondos. La banca comercial está al margen del plan de reestructuración.
Casi un mes después, Celsa y los fondos continúan sin ponerse de acuerdo. El grupo rechaza la opción de dar entrada a los acreedores en su capital, como piden estos, pero asegura que las posiciones están cercanas.
Celsa cerró 2021 con una facturación de 5.300 millones y un ebitda de 600 millones de euros.
El plazo, a punto de expirar, se amplía en tres meses y la financiación se revisará cada 15 días