Los fondos de garantía de depósitos podrían ganar poder y eficiencia
Dotar a todos los fondos de garantía de depósitos europeos de un catálogo de “medidas alternativas” distintas al pago directo a los depositantes. Esto es lo que proponen los expertos del Banco Central Europeo (BCE) en un reciente informe en el que abogan por que todos los países de la UE armonicen sus legislaciones para que los fondos destinados a proteger el grueso de los ahorros minoristas sean más eficientes en caso de que una entidad caiga.
Estas “medidas alternativas” consisten en todas aquellas herramientas distintas de los desembolsos directos habituales que pueden servir para que los depositantes tengan acceso a su dinero si un banco ha entrado en crisis y se ve abocado a una liquidación.
Este apoyo por parte de los fondos de garantía puede tomar varias formas. Puede ser, por ejemplo, una inyección directa de efectivo en el banco, la puesta a disposición de garantías, sufragar una ampliación de capital o la adquisición de una o varias carteras de activos problemáticos. Se trata, en definitiva, de contener la salida de recursos y dar tiempo a la entidad fallida para que pueda funcionar con relativa normalidad mientras se vende o se transfieren sus carteras a otros bancos.
El BCE ha constatado que a menudo estas herramientas no convencionales pueden resultar más eficientes y menos costosas para los fondos de garantía que el mero ejercicio de pagar directamente a los depositantes. Como resalta el informe, la experiencia acumulada ha llevado a las autoridades financieras de Estados Unidos y de Japón a recomendar “fuertemente” los apoyos financieros distintos al pago de los depósitos garantizados.
El BCE plantea que los fondos de garantía puedan inyectar efectivo o capital en un banco
Cambios legislativos
Los autores del informe recalcan que el uso de las medidas alternativas está lejos de ser habitual entre los países de la UE. Solo once Estados de los 27 tienen estas herramientas en sus legislaciones, entre los que no se encuentra España, donde solo se contempla que pueda actuar el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancario (Frob) en el caso de entidades que caen en resolución, no en liquidación.
Para que las medidas alternativas sean efectivas, los países europeos tendrán que llevar a cabo varios cambios en su legislación, según detalla el BCE, que traza una hoja de ruta para que las autoridades se pongan manos a la obra y puedan armonizar un marco común cuanto antes.
Una de las enmiendas regulatorias clave es aprobar una herramienta que facilite la transferencia de activos o de un banco cuando haya caído en insolvencia y que garantice a la vez el mejor trato posible a los acreedores de las entidades (una salvaguarda que ya existe en el marco de resolución europeo).
El BCE reclama a los legisladores europeos que hagan “obligatorias” las medidas alternativas en una futura reforma de la directiva que regula los fondos de garantía. Además, propone que se enmiende la directiva de resolución (BRRD) para que la herramienta de transferencia de negocios en caso de liquidación esté disponible para las autoridades nacionales competentes, sean fondos de garantía u otro tipo.
Otro punto necesario para que los países adopten estas herramientas es la armonización a escala europea del “test de coste mínimo”, un ejercicio que evalúa cuál es la alternativa más eficiente en cada caso de crisis bancaria y que será obligatorio antes de que cualquier fondo de garantía pueda utilizar el dinero.