Maersk trae a España un megaplan de energía verde de 10.000 millones
PRODUCCIÓN DE BIOCOMBUSTIBLES/ La naviera abrirá plantas de producción de metanol verde en Galicia y Andalucía, alimentadas por 80 parques solares y eólicos de todo el país, para abastecer sus buques.
El Gobierno acaba de sellar un acuerdo con el gigante del transporte marítimo Maersk que supondrá una inversión de 10.000 millones de euros en el país y aspira a poner a España en el mapa internacional de la producción de combustibles verdes. La naviera tiene previsto construir en Andalucía y Galicia dos plantas de producción de metanol verde con las que aspira a cubrir el 10% de sus necesidades de combustibles limpios para 2030, utilizando hasta 80 parques de energías renovables del país para alimentarlas y generando hasta 85.000 empleos en un plan que el Ejecutivo nacional apoyará con fondos europeos del programa Next Generation, y en el que estudiará aportar inversión pública, detallan fuentes gubernamentales.
El proyecto, que entra ahora en fase de estudio técnico para su aprobación definitiva en junio de 2023, engarza en el objetivo internacional de descarbonización de la economía para 2050, que obliga al transporte marítimo a reducir sus emisiones un 4,2% anual hasta entonces. En este marco, Maersk busca llegar libre de emisiones contaminantes a 2040 sustituyendo su actual flota de 750 buques por nuevas naves alimentadas con combustibles verdes.
Maersk, responsable del 20% del mercado de transporte de contenedores por mar de todo el planeta, cuenta con 100.000 empleados en cinco continentes y opera en 120 países (incluyendo 1.700 trabajadores en España, donde trabaja en 12 puertos y cuenta con 5 terminales). Para acometer la transición medioambiental de semejante gigante, la cúpula de la naviera ha encargado ya la construcción de 19 nuevos barcos de 17 toneladas alimentados con metanol verde, en sustitución del denso gasoil fuertemente contaminante que vienen utilizando, y que comen
Maersk reforzaría el papel de los puertos españoles en sus rutas como puntos de repostaje y carga
La compañía aspira a producir en España dos millones de toneladas anuales de metanol verde
zarán a operar en 2024. Ante la falta de suministradores que cubran sus necesidades energéticas, y dado que suponen el 30% de sus costes operativos, la compañía ha decidido entrar directamente en el mercado de la producción de combustibles verdes para autoabastecerse. La firma calcula que necesitará 20 millones de toneladas de metanol verde al año, duplicando el volumen de combustible tradicional que hoy consume, de los que requerirá producir unos 12 millones.
El metanol verde, o e-metanol, se produce mediante un proceso de electrólisis de hidrógeno verde y CO2 biogénico generado a partir de biomasa, lo que requiere una importante cantidad de energía renovable para que el proceso de producción sea medioambientalmente neutro de principio a fin. Y es ahí donde entra en juego España, por su potente capacidad de generación solar y eólica y su apuesta estratégica por el hidrógeno verde, defiende el Gobierno.
El objetivo de Maersk es establecer cinco o seis puntos de autoabastecimiento que encarten en sus tradicionales rutas marítimas internacionales y sirvan también de puertos de carga y descarga de mercancía. Tras cerrar un primer acuerdo con Egipto para impulsar uno de los hubs en El Cairo, el gigante del transporte marítimo pone el foco en Andalucía y Galicia.
El plan, explican fuentes del Gobierno español, pasa por crear una primera planta en uno de estos dos puntos para comenzar a producir 200.000 toneladas en 2025, alcanzar el millón en 2027 y, ya con la segunda planta operativa, rondar los 2 millones de producción anual en España para 2030 (el 10% de sus necesidades anuales). Durante este periodo la compañía prevé analizar la evolución del mercado de combustibles verdes para calibrar si la alternativa al metanol verde, el amoniaco (también producido a base de hidrógeno) gana terreno, en cuyo caso dedicaría la segunda planta a su producción.
Para alimentar estas plantas, Maersk estudia servirse de entre 20 y 80 plantas eólicas y solares de todo el país, algunas de las cuales promoverá directamente, optando por comprar otras ya en desarrollo y por adquirir la energía de otras propiedad de terceros.
El Gobierno estima que la inversión total ascenderá a unos 10.000 millones de euros, el grueso aportado por Maersk, que busca lograr apoyo público con fondos europeos y captar aportaciones privadas de inversores nacionales e internacionales. Para España, explican fuentes gubernamentales, se trata de un proyecto estratégico, no solo por su magnitud, impacto económico y laboral, sino porque termina por situar a España en el mapa global de la producción de hidrógeno verde y otros combustibles limpios, en este caso especialmente de cara al mercado del transporte marítimo internacional. Aunque el proyecto será propiedad de Maersk y enfocado en su autoabastecimiento, fuentes oficiales asumen que a 10 o 15 años vista puede tratarse de un proyecto público-privado en el que el combustible se ofrezca a terceros, por lo que desde La Moncloa no descartan que se acabe aportando una participación pública minoritaria.