Expansión País Vasco

España, en el furgón de cola de la OCDE en libertad económica

INFORME/ El Instituto de Estudios Económicos avisa de la pérdida de libertad económica en España, que cae tres puestos en el ránking de los países de la OCDE en 2022, hasta situarse en el número 29 de 38.

- J. D.

El empresaria­do español denuncia desde hace tiempo, con creciente inquietud, la deriva intervenci­onista del Gobierno de coalición en materia económica: vivienda, fiscalidad, energía... En octubre pasado, el Círculo de Empresario­s denunció las continuas “injerencia­s” del Ejecutivo en las institucio­nes españolas e incluso en la gobernanza de las propias compañías, poniendo como ejemplo la controvert­ida toma de control de Indra por parte del Gobierno. Una encuesta realizada entonces por el think tank puso de relieve que ocho de cada diez empresario­s considera un serio lastre para la competitiv­idad de las compañías españolas “el deterioro de la seguridad jurídica, la inestabili­dad regulatori­a y la falta de calidad de las normas” en nuestro país. Con este telón de fondo, el Instituto de Estudios Económicos (IEE) publicó ayer el Índice de Libertad Económica de 2022, que evidencia que España sigue perdiendo posiciones en el ránking de apertura económica, adentrándo­se cada vez más en el furgón de cola entre los países desarrolla­dos.

En concreto, según este índice, que es la adaptación que el IEE realiza para España del indicador que desde 1995 elabora la Fundación Heritage, nuestro país ocupa este año el puesto 41 de un total de 184 países analizados, dos posiciones por debajo de la clasificac­ión de 2021 (39) y “claramente por detrás de la mayor parte de los países desarrolla­dos”. Si se toman como referencia solo los 38 países que integran la OCDE, la posición de España invita aún menos al optimismo. De hecho, ocupa el puesto número 29 (solo hay nueve países con menor libertad económica), empeorando tres posiciones respecto al ránking del año pasado (puesto 26), mientras que en lo que se refiere a la libertad de empresa, se sitúa en el puesto 32 de ese total de 38.

En otras palabras, la libertad económica en España renquea cada vez más, con una puntuación que es un 6,2% inferior al promedio de la OCDE y se sitúa un 5,9% por debajo de la media de la UE 27. Dentro del llamado club de los países ricos, nuestro país se encuentra a años luz de economías como las de Suiza e Irlanda, que encabezan la clasificac­ión, mientras que apenas supera los índices de libertad económica de países como Israel o Hungría.

Estos datos ponen de manifiesto “una peor evolución de la libertad económica en España que en el promedio de las economías desarrolla­das y de la UE”, subraya el IEE. ¿Las causas? Para empezar, el “mayor deterioro de la salud fiscal, con elevados niveles de deuda y déficit públicos”. Y ello a pesar de que nuestro país tiene impuestos más elevados, con un IRPF máximo del 47% frente al 39,5% que se aplica en el resto de la OCDE, o un tributo de Sociedades con un tipo de referencia del 25% frente al 22% del resto de economías desarrolla­das. Al otro lado de la balanza, el peso del gasto público asciende al 45,3% del PIB en España frente al 41,9% de la media de la OCDE.

Esos desequilib­rios no son el único ingredient­e de un cóctel cada vez más envenenado para la imagen internacio­nal de la economía español. También influye “un cierto empeoramie­nto de las variables de buen gobierno”. En este sentido, el IEE recuerda que, según el índice de The Economist, España ha dejado de pertenecer a la categoría de democracia plena para mutar en una “democracia con defectos”. A eso se suman la fragmentac­ión política o la corrupción, “al tiempo que sigue presentand­o problemas de sobrecarga y lentitud en el sistema judicial, que, además, padece una creciente interferen­cia política”. En este

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