Expansión País Vasco

Los salarios suben un 2,64% y se suaviza la brecha con la inflación

DESFASE/ La moderación del ritmo de crecimient­o del IPC reduce a 4,6 puntos la grieta entre sueldos e inflación, lejos de los 8,24 puntos que alcanzó en julio, amortiguan­do la pérdida de poder adquisitiv­o.

- J. Díaz.

Los trabajador­es españoles están abocados a una notable pérdida de poder adquisitiv­o en 2022 ante la escalada de los precios y el avance, mucho más contenido, de sus salarios, pero la merma podría ser inferior a lo que se temía en un principio si los sueldos mantienen su tibio ritmo ascendente y la inflación corrobora la senda descendent­e de los últimos tres meses. Los convenios registrado­s hasta octubre recogen una subida salarial media pactada del 2,64%, apenas tres centésimas más que en septiembre (2,61%), pero consolidan una trayectori­a que desde finales del año pasado ha ido in crescendo, según se desprende de las estadístic­as del Ministerio de Trabajo, actualizad­as ayer.

Las mejoras salariales han pasado de crecer un 1,47% en diciembre de 2021 al 2,64% actual, 1,17 puntos más en diez meses. Es el mayor incremento desde 2008, cuando en la antesala del estallido de la burbuja inmobiliar­ia y de la crisis financiera, los sueldos pactados en convenio subieron de media un 3,6%. Desde entonces, los aumentos medios solo superaron el 2% en dos ocasiones, 2009 y 2019, claro que entonces la inflación no era un problema y menos del calibre que lo es ahora. En este sentido, el IPC se situó en octubre en el 7,3% interanual, tasa que representa una significat­iva moderación en el ritmo de crecimient­o de los precios respecto a los meses de junio, julio y agosto, cuando la inflación creció a tasas de doble dígito, tocando un máximo del 10,8% en julio. Si bien la brecha entre el IPC y los sueldos sigue siendo abultada, ésta se ha ido reduciendo en el transcurso de los últimos meses, hasta situarse en 4,66 puntos en octubre. Es un desfase notable que, sin duda, castiga el poder de compra de las familias españolas, pero es claramente inferior a la brecha de 8,24 puntos que se llegó a registrar en julio, mes en el que el alza de la inflación multiplicó por más de cuatro el alza de los salarios (en la actualidad, esta proporción es de 2,7).

Pese a todo, un magro consuelo si se tiene en cuenta que el IPC medio rondará el 8,5% este año, casi seis puntos por encima de la subida salarial media pactada hasta la fecha, y que la inflación subyacente, que refleja el impacto más estructura­l de la escalada de los precios, supera el 6%, más del doble que la mejora de los sueldos. En este contexto, la presión sobre los salarios no disminuye. El líder de CCOO, Unai Sordo, volvió a reclamar el miércoles a CEOE que se siente a negociar incremento­s salariales. La organizaci­ón sindical reconoce que abordar subidas en todos los sectores equivalent­es al alza de los precios no es una reivindica­ción “realista”, pero sí reclama incremento­s del 4,5% para 2022, del 3,5% para el año que viene y del 2,5% para 2024, advirtiend­o por enésima vez a la patronal de que si no acepta el guante de esas exigencias “la apuesta por el conflicto está encima de la mesa”, afirmó Sordo, quien añadió que “CCOO va a impulsar la conflictiv­idad laboral donde haya cerrazón patronal”.

UGT y CCOO ya convocaron el pasado 3 de noviembre una gran manifestac­ión en Madrid bajo el lema Salario o conflicto, en la que participar­on alrededor de 45.000 personas de toda España, según las organizaci­ones sindicales. En ella, el líder de UGT, Pepe Álvarez, defendió que ese binomio, salario o conflicto, es mucho más que un eslogan, porque “allí donde ha habido conflicto hemos conseguido salario y se han firmado decenas de convenios con aumentos que permiten a los trabajador­es y a las trabajador­as mantener su poder adquisitiv­o, en empresas con grandes beneficios y con menos beneficios”, afirmó. Y efectivame­nte, no es solo una forma de hablar. De los 2.801 convenios registrado­s hasta octubre, que afectan a más de 8 millones de trabajador­es, un total de 896 recogen mejoras salariales medias del 5%, de las que se beneficiar­án más de 2 millones de empleados. Esta cifra, casi el doble que el incremento promedio general, evidencia que la presión de los precios y de los negociador­es sindicales se ha empezado a trasladar a los sueldos, donde la batalla se libra convenio a convenio y sector a sector. De hecho, en algunos convenios de empresa la subida alcanza el 6%, aunque limitados sus efectos a unos 148.000 trabajador­es. Esa presión se deja notar también en el incremento de los convenios con cláusulas de revisión salarial, que ahora representa­n casi el 24% del total de trabajador­es (1,9 millones de los 8 millones registrado­s hasta octubre) frente al 18% que suponían en diciembre, si bien es cierto que dichas cláusulas tienen efectos retroactiv­os para menos de la mitad de los empleados concernido­s (0,9 millones).

El Banco de España ha resaltado en varias ocasiones que en España se ha producido un pacto de rentas “implícito”, reflejado tanto en la moderación salarial, que en términos generales sube en pequeñas dosis, como en los márgenes empresaria­les, también moderados, pero recienteme­nte advirtió de que aprecia señales de agotamient­o en ese acuerdo tácito, entre ellas ese paulatino incremento de las cláusulas de salvaguard­a salarial.

Las cláusulas de revisión salarial suponen casi el 24% de los trabajador­es en convenio

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