El pesimismo empresarial crece: frenazo del PIB en 2023
Empresarios, directivos y expertos recortan drásticamente la previsión de crecimiento para el año que viene: al 1,1% frente al 2,1% del Gobierno.
so de los gastos públicos y es muy importante que todos los países de Europa afronten esta crisis haciendo políticas rigurosas y que estén dirigidas a los grupos, las familias y las empresas, más vulnerables, que son las que sufren más. No hay recursos públicos para eliminar todos los impactos de la guerra en Ucrania; eso es imposible, no se puede dar todo a todos, porque si lo hacemos vamos a tener un problema. Creo que los gobiernos de Europa, y de España en particular, han tenido políticas dirigidas a los grupos más vulnerables. Tiene que ser así, porque si no tendremos un problema. El tercer mensaje: es necesaria una buena coordinación de políticas. Durante el Covid, la política monetaria y la presupuestaria trabajaron conjuntamente para apoyar la economía. En la crisis que tenemos hoy no podemos tener la política monetaria y la presupuestaria trabajando una contra otra. No podemos tener la política monetaria para contener la inflación y la presupuestaria soportando la inflación, porque es un gasto de recursos completamente ineficiente.
– ¿Se refiere al macropaquete de ayudas de 200.000 millones que ha anunciado el Gobierno alemán?
Creo que es muy importante reforzar la coordinación de políticas, en particular en los países de la zona euro. No sabemos que va a suceder el próximo año, pero podemos tener un enfriamiento de la economía, una recesión, con aumento del desempleo y una situación social más tensa. Es muy importante que los países reserven su espacio presupuestario para poder responder a una crisis que se puede agravar. Si lo países usan todo hoy, no tendrán posibilidad de responder. Si hay una crisis y un aumento del desempleo, no podemos retornar a políticas presupuestarias procíclicas, sería un error tremendo.
– ¿Se están confinanciando proyectos vinculados a los fondos de recuperación?
El BEI está disponible para financiar los proyectos de los fondos de recuperación. Con el Gobierno de España y con otros seguimos hablando y estamos disponibles para coparticipar en la financiación de los programas, en particular en este momento en el que la inflación sigue aumentando.
En los proyectos que tenían una financiación asignada y los costes de inversión van a aumentar, el BEI está disponible para aportar la financiación adicional necesaria.
– La financiación del BEI está muy orientada a la transición ecológica, ¿está haciendo España los deberes?
España lo está haciendo bien en esta materia. La financiación del BEI en España para temas de cambio climático sigue en cifras elevadas. En 2022, el 74% de nuestra financiación a España hasta ahora es para temas de cambio climático.
– Se celebra en Egipto la COP27, ¿qué espera de esta nueva cumbre del clima?
A todas las COP se va con muchas ambiciones y después, el último día, se ve que la ambición no ha sido suficiente. La COP27 es la de la implementación. Creo que eso es absolutamente fundamental. En todas las COP asumimos más y más ambición, pero si no es materializada no es ambición, es solamente un sueño. Creo que es muy importante esta conferencia porque es la COP de África, continente que es fundamental para la transición climática.
– ¿Cómo pueden afectar la crisis energética y las tensiones geopolíticas a la lucha contra el cambio climático?
Esta guerra debe demostrar que algo que era una prioridad por motivos de clima se ha tornado una urgencia por razones políticas y de autonomía estratégica. Hay que hacer más y más rápido, pero tenemos que ser realistas. La reducción del suministro de gas no se puede reemplazar por energías renovables de un día para otro. Esto implica que los países tienen que responder. Que algunos estén produciendo con carbón solo es una indicación de que tenemos que invertir más en energías renovables.
– ¿Qué piensa del proyecto BarMa para transportar hidrógeno verde entre Barcelona y Marsella?
Todos los proyectos que sean para transportar energía de fuentes renovables son, en principio, buenos proyectos. Después, para cada proyecto hay que hacer un análisis de coste-beneficio para determinar si es económica y financieramente viable. Lo más importante para nosotros es la viabilidad económica en el medio y largo plazo.
Uno tras otro, los principales organismos económicos nacionales e internacionales han ido enmendando el cuadro macro del Gobierno, enrocado en la defensa de un crecimiento del 2,1% en 2023 que ningún servicio de estudios cree realista ni factible. Ahora son los empresarios y directivos españoles los que contradicen al Ejecutivo, pronosticando “un sensible frenazo en el ritmo de crecimiento de la economía española” el año que viene de la mano de la caída de la demanda de las familias, tanto en consumo como, sobre todo, en la compra de vivienda. Así lo refleja el último Consenso Económico y Empresarial de PwC, que reúne un panel de más de 450 empresarios, directivos y expertos, y que vaticina un crecimiento de apenas el 1,1% en 2023, prácticamente un tercio de lo que preveía en el anterior informe (+3%), y casi la mitad de lo que todavía sostiene el Gobierno.
Su drástico tijeretazo a las previsiones de 2023, en un colectivo que toma diariamente el pulso de la actividad económica, evidencia el fuerte y rápido deterioro que el mundo empresarial percibe en el escenario económico. Sus estimaciones están en línea con las de la Comisión Europea, que el viernes pasado auguró
“En todas las COP asumimos más y más ambición, pero si no es materializada, es solamente un sueño”
“El año que viene podemos tener una recesión, con aumento del desempleo y una situación social más tensa”
un alza del PIB español de solo el 1% el año que viene, y son algo más pesimistas que las del FMI (+1,2%) o el Banco de España, que en octubre auguró un crecimiento del 1,4%, pero que el viernes pasado advirtió de que si bien la recesión técnica en España no figura en su escenario central, “sí que es cierto que la probabilidad es mayor” ahora.
En este contexto, el 71,8% de los panelistas considera que la economía española irá a peor en el primer trimestre de 2023, ralentización provocada por la menor demanda de los hogares en un escenario de incertidumbre y de fuerte pérdida de poder adquisitivo por la inflación. De hecho, el 74,6% prevé que el consumo disminuya en los próximos seis meses, mientras que el 85,6% espera que ocurra otro tanto con la compra de vivienda, “probablemente por la subida de los tipos de interés y el encarecimiento de las hipotecas”.
Menos inversión y empleo
Sobre la situación de las propias empresas, la percepción no es mucho más halagüeña. El 70,1% de los empresarios, directivos y expertos encuestados califica de “regular” la situación económica y financiera de las compañías y prevé un mayor deterioro en el corto plazo. La onda expansiva de la crisis no solo se dejará notar en el consumo privado. El 67,8% de los panelistas espera una caída de la inversión productiva de las empresas en los próximos seis meses y es aún mayor el porcentaje que alerta de los efectos sobre la creación de empleo: el 75,4% cree que la creación de puestos de trabajo caerá en ese periodo.
El reverso positivo de la moneda es que, a diferencia de las familias, el tejido empresarial español cuenta con el asidero de las exportaciones. El 47,5% de los encuestados cree que las ventas al exterior seguirán estables al menos hasta mediados del año que viene, “una situación que se está viendo beneficiada por la depreciación del euro frente al dólar”.
La otra buena noticia es que, según los panelistas, la soga inflacionista se irá aflojando tanto en lo que resta de año como a lo largo de 2023, hasta situarse el IPC medio en torno al 5,5% en 2022, frente al 6,6% del panel previo, y retroceder hasta niveles del 4% en junio del año próximo. La mala nueva es que esa contención de los precios se deberá en parte al estancamiento de la demanda. Así lo cree el 40,6% de los consultados, que piensa que sus empresas o las de su sector de actividad mantendrán estables sus precios por ese motivo. No obstante, sigue siendo mayoritario el porcentaje que prevé mayores encarecimientos en los próximos meses: el 58,4%, proporción que, sin embargo, es inferior al 63,4% del panel anterior.
Auguran una caída de la demanda de las familias tanto en consumo como en la compra de vivienda
Prevén la relajación de la presión de los precios, en parte por el estancamiento de la demanda
Energía y salarios
Los precios energéticos, cuya evolución está muy condicionada por la crisis provocada por la guerra en Ucrania, y el incremento de los costes salariales son las dos cuestiones que más preocupan a empresarios y directivos en relación a la trayectoria del IPC en los próximos meses, aunque un porcentaje muy significativo (el 68,1%) menciona también la mayor presión fiscal y la subida de las cotizaciones sociales, que “añaden nuevos costes a las empresas y, en consecuencia, sobre la inflación.