Expansión País Vasco

Los nacimiento­s se hunden a 337.380 personas, el mínimo desde la Guerra

DATOS DEL INE/ Los nacimiento­s mantienen en 2021 la tendencia a la baja que comenzó en 2008. Al tiempo, las defuncione­s se reducen en un 8,7%, pero siguen por encima de las cifras precovid.

- Pablo Cerezal.

les (Consejo de Estado y CGPJ), que, aunque no sean vinculante­s, pueden llamar la atención sobre medidas erróneas e incluso inconstitu­cionales. Pero las prisas políticas motivadas por la presión de ERC y otros partidos independen­tistas han pesado más, otra vez, que el rigor a la hora de legislar.

La supresión del delito de sedición y la reforma del de malversaci­ón no deberían plantearse como algo urgente. De hecho, no ha habido prisa alguna durante toda la legislatur­a hasta que los separatist­as lo han exigido como moneda de cambio para aprobar el proyecto de Ley de Presupuest­os Generales del Estado para 2023. Por mucho que lo niegue Gabriel Rufián, ERC ha dejado muy claro a Pedro Sánchez que si quiere aguantar toda la legislatur­a tiene que cambiar el Código Penal para que los políticos sediciosos puedan presentars­e a las próximas elecciones generales de diciembre de 2023 y los fugados puedan volver a España.

La clave de estas reformas es que la ley penal es irretroact­iva si es desfavorab­le para el reo y retroactiv­a si le beneficia. Lo han podido comprobar los violadores y abusadores que han visto reducidas sus penas y lo harán los líderes independen­tistas con penas de cárcel (aunque hayan salido gracias al indulto de Sánchez) o de inhabilita­ción. También se verán beneficiad­as las decenas de personas que están pendientes de juicio por incumplir las leyes durante el procés. La reforma prevista salvará a unos políticos que no dudan en repetir lo de “lo volveremos a hacer”. Si no hay delito de sedición y la malversaci­ón solo aplica a quienes se lucren directamen­te, la ley abre las puertas a una nueva Declaració­n Unilateral de Independen­cia y un referéndum ilegal financiado­s con nuestros impuestos.

Pero la cosa no termina ahí. La debilidad de Sánchez en el Gobierno y en el Parlamento le ha llevado a ceder una y otra vez frente a sus socios para aguantar los cuatro años de legislatur­a. Y el Govern ya ha advertido esta misma semana que no se conforma con lo ya conseguido, sino que no parará hasta lograr una amnistía y un referéndum de independen­cia apoyado por Madrid. ¿Cómo están las conversaci­ones de avanzadas?

La crisis demográfic­a se agrava, con un declive sostenido de la natalidad hasta niveles que no se veían desde la Guerra Civil, mientras que el número de defuncione­s, aunque ha disminuido tras el fuerte repunte provocado por el coronaviru­s, sigue en niveles muy elevados. En concreto, y según los datos que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadístic­a (INE), el número de nacimiento­s en España cayó un 1,2% en 2021 respecto a 2020, hasta los 337.380, 3.935 menos que ese año. Esta cifra marca un mínimo histórico, según los datos del Instituto Nacional de Estadístic­a (INE), que precisa que se trata de la cifra más baja desde el comienzo de la serie histórica, en 1941, hace 81 años. Es decir, justo tras la Guerra Civil.

Esta cifra refuerza una tendencia a la baja que ya venía produciénd­ose desde hace varios años. Así, desde 2008, cuando se alcanzaron los 519.779 nacimiento­s, la cifra ha caído paulatinam­ente, con un pequeño repunte en el año 2014 que no tuvo continuida­d en ejercicios posteriore­s. En concreto, la cifra de 2008 se vio minorada a partir del siguiente ejercicio por el estallido de la burbuja inmobiliar­ia y la destrucció­n masiva de empleo, que no sólo dinamitó las posibilida­des de muchos jóvenes de formar una familia, sino que también provocó la salida (o vuelta) al extranjero de muchos de ellos, mermando los nacimiento­s en los años posteriore­s, algo que luego se agravaría por el hecho de que las nuevas cohortes de población joven son cada vez más escasas. Y la crisis del coronaviru­s no ha hecho más que ahondar en esta caída. A esto hay que sumar el hecho de que la edad media de las madres primerizas no ha hecho más que incrementa­rse, pasando de 31,04 años en 2009 a 32,61 años en 2021.

Al mismo tiempo, el número de defuncione­s disminuyó un 8,7% en 2021 respecto al año anterior, hasta el punto de que el pasado ejercicio falleciero­n 450.744 personas, 43.032 menos que en 2020. Sin embargo, hay que tener en cuenta que este dato estuvo muy impulsado por el coronaviru­s y que las cifras todavía

Los cambios en el Código Penal abren la puerta a una nueva declaració­n de independen­cia

no se han reconducid­o a la situación anterior, a pesar de que las muertes que la pandemia aceleró deberían acabar descontánd­ose en años posteriore­s. De hecho, en 2020 se registraro­n 493.776 defuncione­s, el máximo de la serie histórica y una cifra mucho más elevada que los 418.703 muertes de 2019. De esta forma, España tuvo un saldo vegetativo negativo de 113.364 personas en 2021, la segunda mayor diferencia de la serie histórica tras el año 2020. Una tendencia que viene produciénd­ose desde 2015 y que año tras año no ha hecho más que agravarse, con la única excepción del ya mencionado 2020.

Al mismo tiempo, durante 2021 se celebraron 148.588 matrimonio­s, un fuerte aumento respecto a los 90.670 enlaces de 2020 que, sin embargo, no logra recuperar los 166.530 registrado­s en 2019. Esta recuperaci­ón fue más intensa en el caso de los matrimonio­s católicos, pero eso no logra cambiar la tendencia general. Así, en 2021 se celebraron 24.957 matrimonio­s católicos, 15.293 más que en 2020, lo que supone un incremento anual del 158,2%. No obstante, hay que tener en cuenta que en 2020, cuando se registró el mínimo de la serie, con menos de 10.000, se aplazaron muchas bodas (especialme­nte las religiosas) debido a la pandemia. Descartado ese año, se observa un descenso en el número de matrimonio­s por la Iglesia en los últimos años. Así, frente a las 152.067 que se celebraron en el año 2001, en 2011 fueron 62.977 y volvieron a caer a casi la mitad en 2019, con 34.615. Atendiendo al porcentaje con respecto al total, los matrimonio­s católicos representa­ron el 17% de todas las bodas entre contrayent­es de diferente sexo en 2021, mientras que en 2011 representa­ban casi el 40%, y en 2001, el 73%.

La edad de la maternidad se incrementa hasta los 32,61 años en 2021, 1,6 más que en 2009

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