Madrid y Barcelona, el 28% de los nacimientos
La heterogénea distribución de la población española tiene su réplica también en la natalidad, con el añadido de que las zonas con economías más dinámicas son también aquellas que atraen a más trabajadores jóvenes y, con ello, tienen una ventaja de cara a sumar nuevos nacimientos. En concreto, Madrid suma 51.366 nacidos de una madre residente en esta provincia, seguida de Barcelona, con 42.213 nacimientos. Entre ambos suman el 27,7% del total, seguidos de Valencia (18.243), Sevilla (15.655), Murcia (13.815), Alicante (13.371), Málaga (12.595) Baleares (9.520) y
Cádiz (8.904) y Granada (7.083). Es decir, solo diez provincias que suman el 57,1% de todos los nacidos e lo largo del año pasado, unas cifras que contrastan ampliamente con los menos de mil nacidos en Soria, Zamora, Palencia, Ávila, Teruel o Segovia. Hay varios elementos que explican este desequilibrio. El primero de ellos, y el más importante, es la mayor población de partida de estas provincias, pero a ello hay que sumar también la mayor natalidad que la mayor parte de ellas tienen en relación al conjunto de España, algo que se explica fundamentalmente porque cuentan con una población más joven, ya sea porque tuvieron una mayor natalidad en los años anteriores (casos de Cádiz o Murcia, por ejemplo) o porque han atraído a inmigrantes de otras partes de España o del extranjero, muchos de ellos en edades muy proclives a tener hijos (casos de Madrid o Barcelona). De hecho, la tasa de fecundidad de los nacidos en estas provincias (es decir, aquella que no toma en el denominador a toda la población, sino únicamente a las mujeres en edad de tener hijos) es menor en estas provincias que en la media española, y también es más tardía su edad de maternidad.