El espíritu olímpico regresa a Barcelona COPA AMÉRICA DE VELA
La competición quiere transformar la ciudad.
La Copa América de Vela de 2024, que tendrá lugar en Barcelona, busca ser algo más que el trofeo deportivo más antiguo del mundo por el que aún se compite. Según su director general, Grand Dalton, debe ser un “revulsivo” no sólo económico –su impacto en la capital catalana será de alrededor de 1.000 millones de euros, según los estudios preliminares– sino también social y urbanístico. El objetivo es replicar a pequeña escala los Juegos Olímpicos de 1992, que impulsaron la internacionalización de la ciudad y su apertura al mar.
La retransmisión de las competiciones y dos series documentales permitirán que Barcelona vuelva a dar la vuelta al mundo. La ciudad, además, tiene en marcha la reforma del Puerto Olímpico –donde se están invirtiendo 40 millones de euros– y el Port Vell. Según Dalton, el objetivo es dejar un “legado” visible, pero también inmaterial.
En este sentido, la edición de Barcelona implicará cambios históricos: las emisiones serán cero y se usará el hidrógeno como combustible. También nacerán dos nuevas pruebas –para mujeres y juvenil–, en la que competirán sendos equipos españoles. Además, al igual que en 1992, se recurrirá a voluntarios.
En la presentación del programa, Dalton aseguró que otro de sus objetivos es conseguir que los barceloneses se impliquen a fondo. Si en otras ocasiones los campos de regatas se situaron mar adentro, en 2024 serán totalmente visibles desde el Moll de la Fusta, que acogerá actividades lúdicas y recreativas. El antiguo Imax, un edificio cerrado desde hace años, acogerá un centro divulgativo. Las regatas previas arrancarán el 22 de agosto, la competición propiamente en sí será entre el 25 de agosto y el 12 de octubre y luego serán el resto de regatas. A partir de 2023, empezarán a instalarse los equipos.