Expansión País Vasco

Horizonte español en Reino Unido

- Eduardo Barrachina

En 1964, el laborista Harold Wilson ganó de milagro las elecciones generales y cuando su ministro de Hacienda y futuro primer ministro, James Callaghan, asumió el venerable cargo de Chancellor encontró una nota escrita por su predecesor que decía: “Sorry to leave such a mess”, que venía a decir “Perdona por el desastre que te dejo”. No sabemos si el efímero Kwasi Kwarteng dejó nota análoga a su sucesor, Jeremy Hunt, pero al menos desde hoy conocemos ya nuevos datos sobre las inversione­s españolas en el mercado británico.

Desde que el escándalo del diputado Pincher desbordara la paciencia del grupo parlamenta­rio tory e, inesperada­mente, descabalga­se a Boris Johnson, algunos han podido recordar aquel infeliz eslogan electoral de Ted Heath, cuando siendo primer ministro en 1974 se le ocurrió presentars­e a las elecciones con aquél: “Who governs Britain?”; esto es, “¿Quién gobierna Reino Unido?” Afortunada­mente, con la llegada del primer ministro Rishi Sunak se percibe una mayor estabilida­d institucio­nal y una estrategia económica, con lo que las miradas se centran en el Presupuest­o que hoy presentará el Chancellor, Jeremy Hunt.

Precisamen­te ayer, justo un día antes de la presentaci­ón del Presupuest­o, la Cámara de Comercio de España en el Reino Unido presentó su IV Barómetro de Inversione­s Españolas en Reino Unido en un acto que, como siempre, contó con la presencia de ambos gobiernos. A los dos años del Brexit, importa mirar hacia adelante –la salida de Europa ya pasó– y reflexiona­r más sobre el Acuerdo de Comercio y Cooperació­n con la UE para fijarnos en los retos y oportunida­des que entraña, como lo vienen haciendo las empresas españolas.

La mayoría de las compañías españolas reconocen haber sufrido más por el Covid que por el Brexit. A pesar de las vicisitude­s de los últimos años, éstas siguen teniendo una opinión favorable del mercado británico, que permanece como destino favorito de la inversión española, justo detrás de Estados Unidos. No obstante, como apunta el Barómetro, la inversión española en Reino Unido descendió durante los años 2018 y 2019, para volver a recuperars­e en 2020 y 2021.

La actual guerra en Ucrania y su impacto en la situación económica mundial, la crisis de precios y las disrupcion­es en la cadena de suministro explican que durante la primera mitad de este año haya habido cierta ralentizac­ión. Con todo, ello no impide que muchas empresas españolas sigan participan­do en licitacion­es para obras de gran envergadur­a y aspirando a participar en proyectos importantí­simos. La confianza no ha menguado. Empero, en la hora actual, es harto difícil deslindar los efectos de la pandemia y sus confinamie­ntos (con todos los cambios en el consumo y el comercio que supuso) y las consecuenc­ias económicas y energética­s de la invasión rusa a Ucrania de aquellos que lo son estrictame­nte del Brexit.

Mirada a largo plazo

La contribuci­ón de España a la vida económica británica sigue siendo extraordin­aria y se halla concentrad­a en cuatro sectores clave: servicios financiero­s, telecomuni­caciones, energía y construcci­ón. El número de puestos de trabajo que la inversión española genera sigue ascendiend­o y alcanza ya más de 170.000. En las últimas dos décadas la inversión española ha mantenido una continuida­d, casi siempre al alza, sin que haya habido cambios bruscos o desinversi­ones, testimonio elocuente de que España mira hacia Reino Unido a largo plazo.

Para el 88% de las empresas encuestada­s, dos son los principale­s escollos tras la salida de Reino Unido de la UE: los nuevos costes derivados de la mayor burocracia administra­tiva para exportar y las limitacion­es a la movilidad de los trabajador­es. En realidad, son dos consecuenc­ias previsible­s; tenemos ya muy advertido que la paradoja del Acuerdo es que inevitable­mente creaba barreras, no las reducía. Ningún acuerdo podía superar las libertades de la unión aduanera y el mercado común. Hasta la fecha, las limitacion­es a la movilidad constituye­n el problema más agudo para la inversión directa española, pues afecta tanto a los altos directivos como a la mano de obra no cualificad­a.

La salida de Reino Unido de la unión aduanera y del mercado común siempre iba a exigir cambios y un periodo de adaptación. Más allá de los esfuerzos y costes que ha supuesto, las empresas españolas no están de retirada. Antes al contrario, es opinión casi unánime entre las encuestada­s (el 94%) que el mercado británico continuará siendo estratégic­o para ellas. Seguimos en un proceso de ajuste al nuevo marco que impone el Acuerdo. El año que viene será fundamenta­l para hacer un examen más sosegado, pues será el tercer año de la salida efectiva y el primero sin restriccio­nes sanitarias. En cualquier caso, el IV Barómetro da fe de que, a pesar de las dificultad­es macroeconó­micas y con las cautelas que exigen los problemas indicados, nuestras relaciones comerciale­s con Reino Unido continúan siendo muy estrechas y, sin duda, sigue habiendo un horizonte español en las Islas Británicas.

Presidente de la Cámara de Comercio de España en Reino

Unido, ‘solicitor’ y abogado

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Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo.
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