El comercio de EEUU anticipa una caída de ventas por la inflación
POR PRIMERA VEZ DESDE LA CRISIS DE 2008/ La desaceleración del gasto coincide con las subidas de tipos de la Fed para controlar la inflación. Sin el efecto de la subida de precios, las ventas ya están cayendo.
Las cadenas de distribución estadounidenses se enfrentan esta Navidad a su primera caída de ventas desde la crisis financiera de 2008, debido a la resistencia a gastar por parte de los consumidores, lo que, en paralelo, plantea desafíos a las autoridades monetarias, inmersas en su objetivo de controlar la inflación.
El Black Friday, que supone el arranque de la temporada del año más relevante para el consumo, llega esta semana en un momento delicado para la evolución del gasto de los consumidores, ya que la inflación más alta desde principios de la década de 1980 les está restando poder adquisitivo.
Los grandes grupos de distribución son cautelosamente optimistas respecto a las próximas semanas, a medida que se relajan los temores sobre la pandemia y los problemas de la cadena de suministro que afectaron al gasto navideño en 2020 y 2021.
Según S&P Global Market Intelligence, las cadenas de deberían registrar un crecimiento de las ventas del 4,5% interanual en estas fiestas. Sin embargo, una vez descontada la inflación, que ha hecho que las empresas aumenten los precios para compensar el aumento de costes que también afrontan, este incremento equivaldría a una caída en términos reales del 1,2%.
“La demanda se ha mantenido sorprendentemente alta, teniendo en cuenta el aumento de los precios”, sostiene Michael Zdinak, responsable del servicio de mercados de consumo de S&P en EEUU. Sin embargo, Zdinak cree que la excepcional combinación de alta inflación con un desempleo históricamente bajo ha hecho que sea tremendamente difícil prever el comportamiento de los consumidores. “No hay otro año como éste”, reconoce.
Ofertas y compra a plazos
La inflación está llevando a los consumidores a buscar ofertas con mucha más frecuencia de lo habitual, aunque han mantenido su tendencia a gastar, señala Stephanie Cegielski, vicepresidenta de análisis de ICSC, un grupo del sector de los centros comerciales. “Comprarán tanto como el año pasado, sólo que a precios más altos”, añade.
Para ello, muchos recurrirán a las compras a plazos que les facilitan las tarjetas de crédito, después de haber agotado los ahorros acumulados durante la pandemia. Los economistas de la Reserva Federal de Nueva York informaron esta semana de que los saldos de las tarjetas de crédito se habían disparado un 15% anual en el tercer trimestre, su mayor incremento interanual en más de 20 años.
El endeudamiento con tarjetas de crédito “se ha disparado en el último trimestre”, reconoce Betsy Graseck, directora ejecutiva de Morgan Stanley. Además, la morosidad también se ha acelerado al ritmo más rápido desde 2008.
La publicación de resultados de algunas de las principales cadenas de distribución ofreció esta semana una imagen muy distinta de las perspectivas. Target advirtió de que el patrón de gasto había cambiado “drásticamente” al
Muchos consumidores están recurriendo a las compras a plazos con tarjeta de crédito
La inflación ha llevado a los consumidores a buscar ofertas con más frecuencia
final del tercer trimestre, ya que los compradores parecen mirar más los precios.
Sin embargo, Walmart revisó al alza sus perspectivas, mientras que Foot Locker, el minorista de calzado, se jactó de haber registrado “un fuerte impulso”, lo que llevó a los analistas a concluir que los niveles de inventario de cada empresa acabarán determinando quién gana y quién pierde esta temporada.
Bajo lupa
La Reserva Federal está examinando con atención el gasto de los consumidores, mientras intenta frenar la demanda con grandes subidas de los tipos para controlar una inflación que considera “inaceptablemente alta”.
Lael Brainard, vicepresidenta de la Reserva Federal, ha expresado su esperanza de que una reducción de los márgenes del sector de distribución “contribuya de forma significativa a bajar las presiones inflacionistas en algunos bienes de consumo”.
La semana pasada reiteró su opinión de que las elevadas existencias pueden alimentar la “presión competitiva” y afectar a los márgenes de muchas empresas, mientras la economía se recupera de la contracción generada por la pandemia y los problemas de la cadena de suministro.
James Bullard, presidente de la sucursal de la Fed de San Luis, declaró la semana pasada que las empresas se enfrentan a una “situación muy arriesgada si se equivocan al fijar sus precios”.
Las ventas minoristas aumentaron el mes pasado un 8,3% interanual, más de lo previsto. Sin embargo, tras los intentos más agresivos de la
Reserva Federal en décadas por endurecer la política monetaria, el aumento de los costes de los préstamos ha empezado a notarse. “Los consumidores están dando un paso atrás, están cambiando la forma de repartir sus gastos”, explicó Mary Daly, presidenta de la Fed de San Francisco, la semana pasada.
Dado que los cambios de política tardan tiempo en materializarse, las autoridades de la Reserva Federal esperan una respuesta económica más fuerte a su debido tiempo, lo que sugiere una perspectiva mucho menos boyante para el gasto de los consumidores el próximo año, cuando muchos economistas prevén que habrá recesión en EEUU.
“Esta temporada navideña no puede ser tan buena como la pasada”, reconoció Bullard el pasado jueves. “Pero desde mi punto de vista, una desaceleración del consumo no es una mala noticia de cara a la temporada navideña”, concluyó.
“Una desaceleración del consumo no es una mala noticia”, afirma el presidente de la Fed de San Luis