La hiperinflación agita el avispero argentino
El problema endémico de Argentina con la inflación ha tomado dimensiones elefantiásicas en los últimos meses. El país registra una de las tasas de alza de precios más elevada del mundo, sólo superada por economías fallidas como Venezuela, que podría superar el 100% interanual a finales de año. El Gobierno peronista es incapaz de contener el círculo vicioso inflacionario, al tiempo que debe cumplir con los compromisos pactados con el FMI (que rechaza una parte del peronismo) para refinanciar el préstamo de 57.000 millones de dólares heredado de la era Macri: reducir los subsidios a la energía vigentes desde hace una década, detener la emisión de moneda y aumentar las reservas del Banco Central. La hiperinflación y la mala gestión de la pandemia han hundido las perspectivas electorales del peronismo para las presidenciales de octubre. Por eso, junto a las medidas de ajuste fiscal se ha topado el coste de más de 1.800 productos, sobre todo alimentos, en los próximos cuatro meses. El alza sin control de los precios y la fuerte devaluación del peso están licuando los ahorros de los argentinos, que no perciben los réditos de la importante mejora del PIB por el ‘boom’ de las exportaciones de cereales. En este avispero político, el expresidente Macri, que perdió el poder en 2019 por su incapacidad para estabilizar la economía, amaga con presentarse a los comicios de 2023, lo que aceleraría la candidatura de su némesis, la vicepresidenta Cristina Fernández, a pesar de sus numerosas causas judiciales pendientes. Esta polarización puede dar pie a una escalada de propuestas populistas que agraven la crisis del país.