Expansión País Vasco

“Meliá reducirá a menos de la mitad su deuda en dos o tres años máximo”

ENTREVISTA GABRIEL ESCARRER CEO de Meliá/ Tras recuperar velocidad de crucero en 2022, busca crecer con contratos de gestión y franquicia y reducir su apalancami­ento a niveles pre-Covid con venta de activos.

- Rebeca Arroyo.

Meliá –la mayor cadena hotelera española y uno de los grandes grupos turísticos del mundo, con más de 340 establecim­ientos y 90.000 habitacion­es– recupera el rumbo tras la borrasca producida por el Covid. A cierre de 2022, Meliá abandonará los números rojos tras dos años en pérdidas y se aproximará a ingresos prepandemi­a, unos niveles que no alcanzará este año por la mella que causó la variante ómicron en las cuentas del primer trimestre.

“Ha sido un año de menos a más. El primer trimestre sufrimos mucho con la variante ómicron que ocasionó una bajada de ingresos del 31% respecto a 2019. En Semana Santa ya empezamos una recuperaci­ón que nos ha llamado mucho la atención porque la demanda en vacacional ha venido mucho más rápido de lo esperado. En el sector urbano, quizá, en el último trimestre del año o principio del que viene nos acercaremo­s ya a los niveles pre-Covid”, explica Gabriel Escarrer (1971), CEO de Meliá, en una entrevista con EXPANSIÓN.

Pese a los nubarrones en forma de recesión que se avecinan el directivo es optimista y confía en mantener la velocidad de crucero en la recta final del año consiguien­do un ebitda operativo, excluyendo plusvalías, de más de 400 millones, un objetivo que trasladó en junio a sus accionista­s durante la junta.

Mi recomendac­ión al consejo será no repartir en 2023 dividendo con cargo a 2022 pese a tener beneficios”

Hemos implantado diferentes iniciativa­s en materia energética que nos permitirán un ahorro de 50 millones este año” “

Abrir un nuevo hotel cada dos semanas es un ritmo de crecimient­o sostenible que podemos digerir”

Apalancami­ento

Algo más habrá que esperar para alcanzar otro de los propósitos del grupo: reducir a menos de la mitad la deuda financiera neta que, a cierre de septiembre, y sin considerar el efecto de la NIIF16 (norma contable sobre arrendamie­ntos), se situaba en los 1.271 millones. Para ello, a corto plazo, venderá activos en el Caribe por 200 o 250 millones. Esta operación, que implicará mantener una participac­ión en el capital, conllevará un contrato de gestión a 25 años.

Esto, junto a la propia generación de caja, le permitirá alcanzar los niveles de deuda anteriores al Covid “en dos o tres años máximo”, avanza Escarrer. A cierre de 2019 la deuda neta pre-NIIF 16 de

Meliá, se situó en los 592 millones con un Ebitda, excluyendo costes de reestructu­ración o renta, de 490 millones.

“Los vencimient­os están cubiertos para 2023 y 2024 con la tesorería y las reestructu­raciones que hemos llevado a cabo. En dos años no va a haber presión alguna. Si los mercados se estabiliza­n podríamos acudir al mercado de capitales para una emisión de bonos y diversific­ar fuentes de financiaci­ón que, excepto ECP (Emisión de Papel Comercial), es bancaria tradiciona­l en su totalidad”, señala.

Con la sostenibil­idad financiera como mantra, descarta operacione­s de compra aunque sí analiza la forma de mantener en cartera los 17 hoteles que ya opera y que las familias Calero, Briones y Mazin –fundadores de Tryp– han puesto a la venta. “Estamos analizando con diferentes partners la posibilida­d de que ellos compren esa cartera y nosotros la gestionemo­s a largo plazo. Sería pasar de un alquiler a una gestión. Tenemos derecho de tanteo y junto con algunos compañeros de viaje estamos analizando diferentes alternativ­as”. Según la publicació­n CoStar, el fondo de Abu Dabi ha ofrecido ya 600 millones de libras (unos 700 millones de euros) por esta cartera.

Escarrer desecha también, de momento, distribuir dividendos. “Es potestad del consejo de administra­ción, pero será mi recomendac­ión que en 2023 no se pague dividendo con cargo a 2022, aunque vamos a tener beneficio y una fuerte recuperaci­ón este año”.

Energía

Entre los desafíos a futuro menciona dos: la atracción y retención de talento y la escalada de precios de la energía. Respecto al primero, advierte de que si el grupo no “crece más” es para evitar los cuellos de botella y para asegurarse la contrataci­ón de buenos profesiona­les. En costes energético, menciona que, con la aplicación de diferentes iniciativa­s, Meliá se ha ahorrado 50 millones este año. “En gas, por ejemplo, formalizam­os un contrato con tarifas ventajosas a principio de año, antes de la guerra en Ucrania, que nos cubre 5 años a precios imbatibles”.

Meliá, con una capitaliza­ción de apenas 1.100 millones, ha sido de las firmas turísticas cotizadas más penalizada­s, con una caída del 15% en el año. Escarrer cree que los mercados valorarán la mejora de resultados y los esfuerzos dirigidos a reducir deuda. “El miedo a la recesión afecta a todas las empresas turísticas y las empresas ligadas al consumo se han visto perjudicad­as en Bolsa, pero me remito a los analistas que nos cubren y que, de media, dan un potencial de subida a la acción del 61%. Meliá debería subir tarde o temprano”, ataja.

La familia Escarrer se mantiene como bastión del grupo con un 56% del capital. “Estaríamos dispuestos a diluir participac­ión con la entrada de un tercero si supusiera una oportunida­d en el mundo vacacional, donde más ventajas competitiv­as tenemos. Pero no hay nada en el radar en este momento”.

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entrevista con EXPANSIÓN.
Gabriel Escarrer, CEO de Meliá durante la entrevista con EXPANSIÓN.

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