Goldman Sachs
Goldman sigue apostando por el aterrizaje suave en EEUU. Pero cree que esta trayectoria está ahora bien reflejada en los mercados, sobre todo tras el comportamiento de los precios en la primera mitad de noviembre. Y explica que eso significa que los riesgos a ambos lados de esta senda central están ahora menos valorados: resultados plausibles en los que hay más persistencia de la inflación, un deslizamiento hacia la recesión absoluta de EEUU, o –el punto de partida para muchos inversores macro–, ambos.
“Incluso tras un largo año de preocupaciones, el mercado sigue siendo vulnerable a las malas noticias sobre el crecimiento y la inflación”, aseguran.
Y sentencian que el pomo (placer al dejar pasar algo) es el nuevo fomo (miedo a dejar pasar algo).
“En nuestra opinión, el mercado bajista no ha terminado”. Goldman opina que todavía no se dan las condiciones que suelen ser coherentes con una caída de la renta variable.
“Esperaríamos valoraciones más bajas (coherentes con los resultados de la recesión), un suelo en el impulso del deterioro del crecimiento y un pico en los tipos de interés antes de que comience una recuperación sostenida”. Y así confían en que los mercados pasen a la fase de ‘esperanza’ del próximo mercado alcista en algún momento del próximo año, pero desde un nivel más bajo.
Es probable que el rebote inicial desde el mínimo sea fuerte, como es común al comienzo de la mayoría de los ciclos, antes de pasar a un “ciclo posmoderno” con rendimientos más bajos, explica el banco de inversión. “Esperamos que los rendimientos globales de aquí a finales del próximo año sean relativamente bajos”, y aseguran que “una economía débil que sigue deteriorándose es muy diferente de una economía que se está volviendo menos mala. En general, la historia sugiere que el peor momento para comprar renta variable es cuando el crecimiento se contrae y el impulso se deteriora, y el mejor momento es cuando el crecimiento es débil pero avanza hacia la estabilización. Aunque es probable que pasemos a la fase de mejora del impulso del crecimiento en algún momento de 2023, el corto plazo parece menos prometedor”. Los expertos de Goldman no prevén bajadas de tipos antes de 2024.