La atracción constructora de Australia
La distancia no ha sido un impedimento para que la armada española de la construcción haya conquistado el mercado australiano de la obra pública. ACS, Acciona y Ferrovial han ganado en el último año alguno de los mayores contratos del país por presupuesto de inversión. En la actualidad, los tres grupos suman una cartera de negocio de 30.000 millones de euros con ACS, gracias a la fuerza contratista de Cimic, como líder destacado. Hay varios factores que explican la buena sintonía de las empresas españolas con el mercado constructor de Oceanía. Australia es una economía triple A que está abordando grandes planes de renovación y modernización de infraestructuras de transporte y de energía. Las grandes ciudades del país como Sídney y Melbourne se han subido a los nuevos sistemas de movilidad, apostando decididamente por los ferroviarios. Las compañías españolas se mueven bien en este elemento, ya que han participado o participan en alguno de los mayores proyectos de metros y tranvías del mundo. Al ser contratos de tan alto volumen, que requieren de una gestión muy compleja de los proyectos, las autoridades australianas reducen sensiblemente la competencia. Por lo general son grandes licitaciones que invitan a la formación de consorcios en los que nunca falta la marca España. La seguridad jurídica es otro factor diferencial respecto a otros mercados de obra pública. Las reglas están más claras, lo que invita a las empresas a invertir. ACS lo ha hecho a través de sus filiales. Ha invertido 1.500 millones en la toma de control total de Cimic, pero también ha destinado fondos a inversiones más modestas como la minera Maca o la compra de Broadespectrum a Ferrovial a través de Ventia. Acciona también ha destinado capital a movimientos corporativos en Australia con la compra de actividad a la local Lend Lease y la adquisición previa del grupo Geotech, especializado en obras ferroviarias. Australia atesora mucho atractivo para las constructoras españolas.