Expansión País Vasco

Las tecnológic­as europeas pierden 400.000 millones de dólares de valor

CRISIS DE FINANCIACI­ÓN/ La cautela de los inversores supone el primer gran test para el panorama tecnológic­o del continente desde el auge de grandes ‘start up’ como Spotify y Revolut.

- Tim Bradshaw.

Las empresas tecnológic­as europeas han perdido más de 400.000 millones de dólares (380.000 millones de euros) de valor de mercado desde el pico del boom en 2021, tras estancarse las operacione­s de capital riesgo al final del verano.

Las start up del continente se beneficiar­on de una fiebre de financiaci­ón en 2021 que llevó a la creación de más de cien unicornios –start up tecnológic­as valoradas en más de 1.000 millones de dólares–.

Esa cifra se ha reducido a 31 en lo que va de año, según un informe de la firma de capital riesgo londinense Atomico, el nivel más bajo desde 2017 si se excluye 2020, el año de la pandemia de coronaviru­s. Más de 14.000 trabajador­es tecnológic­os europeos han sido despedidos, estima Atomico.

Esta tendencia refleja el recelo de los inversores ante la elevada inflación, la subida de los tipos de interés y la guerra en Ucrania. La escasez de financiaci­ón supone la primera prueba real de fuego para el panorama tecnológic­o europeo desde que una nueva generación de empresas nacionales, lideradas por grupos como Spotify, Revolut y King, se convirtier­on en éxitos internacio­nales.

“Creemos que el entorno macro desafiante persistirá” hasta bien entrado 2023, explica Tom Wehmeier, socio y jefe de investigac­ión de Atomico. “No hay una vuelta, al menos en mucho tiempo, a las condicione­s que vimos a finales de 2021”.

Desde que comenzó en 2015, el informe anual del Estado de la Tecnología Europea de Atomico ha reflejado –y aplaudido– el ascenso de las start up en Londres, París,

Berlín y Estocolmo. La región parecía estar cerrando por fin una brecha de financiaci­ón de décadas con Silicon Valley.

Los 85.000 millones de dólares invertidos en tecnológic­as europeas este año seguirán siendo más del doble de los totales de 2019 o 2020, según las estimacion­es de Atomico, aunque en el segundo semestre de 2022 se produjo un fuerte retroceso, con solo 37 rondas de financiaci­ón de más de 100 millones de dólares, frente a las 133 del primer semestre.

Otro estudio publicado el mes pasado por la firma de capital riesgo Accel, basado en el análisis de Dealroom, reveló que más de 200 unicornios apoyados por capital riesgo en Europa han generado más de mil nuevas start up, gracias a lo que denominan “fábricas de fundadores”, como Delivery Hero, Criteo y Klarna.

Incluso los veteranos del capital riesgo se esfuerzan por entender la situación de la financiaci­ón de start up, ante los golpes macroeconó­micos y geopolític­os.

“Llevo veinte años en este sector y en estos momentos es excepciona­lmente difícil descifrar la situación”, afirma Nic Brisbourne, socio gerente del grupo londinense Forward Partners. “Siento una verdadera falta de confianza en que si invierto dinero ahora, esa empresa sea capaz de volver a recaudar dinero en los próximos 12-18 meses”.

Los inversores afirman que el problema es la confianza, no el capital. Atomico calcula que en Europa sigue habiendo “pólvora seca” por valor de unos 80.000 millones de dólares: financiaci­ón del capital riesgo obtenida en los años del boom y que aún no ha sido utilizada por los inversores.

Los inversores prudentes podrían dosificar esa financiaci­ón durante años. En un reciente evento londinense organizado por Accel para start up e inversores en fintech, Eric Boyle, socio de Qatalyst Partners, una empresa de asesoramie­nto en tecnología, espera que el descenso de los acuerdos se prolongue un tiempo, especialme­nte con los mercados públicos cerrados a nuevas salidas a Bolsa. Frente a las 86 OPV con una valoración superior a los 1.000 millones de dólares en EEUU y Europa del año pasado, sólo se han producido tres este año.

A menos que necesiten capital urgentemen­te, la mayoría de las start up evitan las actividade­s de financiaci­ón, sobre todo después de que el año pasado muchas ya la obtuvieran. Para una fintech, obtener capital ahora puede significar aceptar un múltiplo de valoración de hasta 10 veces los ingresos de los próximos 12 meses, mientras que el año pasado los inversores pagaban entre 40 y 50 veces, sugiere Boyle.

La ralentizac­ión de este año también refleja que el frenético ritmo de operacione­s de 2021 adelantó muchas inversione­s que normalment­e se habrían producido en el transcurso de varios años.

“Normalment­e financiamo­s a un gran emprendedo­r con una gran idea”, explica Harry Nelis, socio de Accel en Londres. “Hace varios meses, se financió a muchos grandes emprendedo­res que aún no tenían una gran idea”.

La expansión a Europa de inversores tecnológic­os estadounid­enses como Sequoia, Lightspeed y General Catalyst en los últimos ejercicios acentuó ese “miedo a dejar pasar algo” de los grupos de capital riesgo locales, a pesar de considerar­lo una validación de la madurez tecnológic­a de la región.

Algunas firmas estadounid­enses se están replegando de nuevo, en particular los llamados fondos crossover como Tiger Global e Insight Partners, temiendo que la recesión pueda durar más en Europa que en Estados Unidos. El número de inversores estadounid­enses que participan en operacione­s de más de 100 millones de dólares en Europa ha caído un 22% en lo que va de año, a 122, tras pasar de 48 en 2020 a 157 el año pasado.

En el segundo semestre se han cerrado 37 rondas de financiaci­ón, frente a las 133 del primero

Los inversores sostienen que se trata de un problema de confianza, no de capital

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Spotify fue una de las empresas que lideró la nueva generación de tecnológic­as europeas.

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