Australia, China y el juicio por las Islas Salomón
ESTADOUNIDENSES Y AUSTRALIANOS TEMEN QUE EL GIGANTE ASIÁTICO PRETENDA IMPLANTAR UNA BASE NAVAL EN EL PACÍFICO SUR. LAS ISLAS SALOMÓN, POR SU POSICIÓN ESTRATÉGICA, SERÍAN EL LUGAR MÁS PROBABLE.
Si quisiéramos nombrar un país del mundo sin ninguna importancia estratégica, las Islas Salomón serían un buen ejemplo. Un archipiélago de casi 1.000 islas en el sur del Pacífico, con una población total de unos 700.000 habitantes, las Salomón parecen alejadas de la política de las grandes potencias. Aunque el jefe de Estado del país es el monarca británico, su última visita fue hace 40 años. China está a más de 6.000 km; Australia, a unos 2.000 km.
A pesar de su lejanía, las Islas Salomón se han convertido en un foco de la creciente rivalidad estratégica entre China y Occidente. La firma de un pacto de seguridad entre las Salomón y China en abril desató la alarma en Washington y Canberra.
Kurt Campbell, un alto cargo de la Casa Blanca, se subió a un avión en un intento infructuoso de reparar el daño. Penny Wong, ministra de Asuntos Exteriores de Australia, argumentó que el gobierno de Canberra de entonces, dirigido por Scott Morrison, había cometido por su negligencia el “peor error de la política exterior australiana en el Pacífico desde la Segunda Guerra Mundial”.
La preocupación de EEUU y Australia por las Salomón se debe a su inquietud por las ambiciones chinas en el Pacífico. Tras décadas de rápida expansión militar, el ejército chino tiene más barcos que la flota estadounidense. Bajo la presidencia de Xi Jinping, China ya ha construido bases militares en el mar del sur de
China. El pacto de Pekín con las Salomón tiene que ver principalmente con la seguridad interna. Pero los estadounidenses y australianos temen que China pretenda implantar una base naval en el Pacífico Sur, y las Salomón serían el lugar más probable.
A la pregunta de por qué es importante la creciente presencia china en el Pacífico Sur, Australia señala la historia y la geografía. Las Islas Salomón fueron escenario de una de las batallas más encarnizadas de la Segunda Guerra Mundial, la batalla de Guadalcanal, en la que murieron más de 7.000 estadounidenses para arrebatar las islas a Japón. El joven John F. Kennedy viajaba en una patrullera de la marina estadounidense que naufragó frente a las Salomón, y nadó hasta una de las islas más remotas.
La razón por la que los estadounidenses lucharon contra Japón en las Salomón es la misma por la que las islas se consideran estratégicamente importantes hoy en día: se encuentran en las rutas marítimas entre Australia, Asia oriental y el oeste de Estados Unidos. Las lecciones estratégicas de la Segunda Guerra
Mundial, cuando los aviones japoneses bombardearon el puerto de Darwin, están grabadas a fuego en el enfoque australiano del mundo.
Si algún día China siguiera el modelo del Japón imperial y desafiara directamente el poder militar estadounidense en el Pacífico, el punto más probable de conflicto sería Taiwán. Funcionarios estadounidenses y australianos creen que es muy posible que la China de Xi intente invadir o bloquear Taiwán en los próximos cinco años. El presidente Joe Biden ha repetido en varias ocasiones que EEUU saldría en defensa de Taiwán. Hace poco, en Canberra, como invitado del centro de estudios Lowy Institute, se habló de que, en caso de guerra entre EEUU y China, Australia se vería arrastrada al conflicto. Una base china en el Pacífico Sur complicaría enormemente los cálculos estratégicos de Australia.
La reciente reunión entre Xi y Anthony Albanese, el primer ministro australiano, fue la primera entre China y Australia en seis años. En ella se rebajaron las tensiones, al igual que en la reunión entre Xi y Biden. Pero australianos y estadounidenses siguen asumiendo que China está decidida a dominar el IndoPacífico. Y están igualmente decididos a impedirlo.
Una señal de esta determinación conjunta de hacer frente a las ambiciones chinas se produjo con la firma el año pasado de Aukus, un pacto de seguridad entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos. Su pieza central es la adquisición por parte de Australia de submarinos de propulsión nuclear, cuyo alcance y sofisticación ampliarían enormemente la capacidad de Australia para participar en conflictos lejos de sus costas.
Tanto China como Rusia han calificado a Aukus de belicista. Pero los australianos sostienen que el pacto pretende mantener la paz, preservando el equilibrio de poder.
Argumentar esto ante los vecinos de Australia en el Indo-Pacífico es complicado. El presidente de Indonesia, Joko Widodo, me confesó hace poco que no tenía intención de convertirse en “un peón” en una nueva guerra fría.
China tiene ventajas en la batalla por la influencia regional. Es el mayor socio comercial de la mayoría de los países del Indo-Pacífico. Y, en países pobres como las Salomón, la riqueza china puede ayudar a lograr lo que se conoce como “captura de élites”.
Australia y EEUU intentan reforzar su influencia en las Salomón. Washington abrirá una embajada y Australia ha entregado vehículos y rifles a la policía, algunos de cuyos miembros habían sido enviados a China para recibir formación.
Las Salomón están en las rutas marítimas entre el oeste de EEUU, Asia oriental y Australia
La firma de un pacto entre el país y China ha desatado las alarmas en Canberra y Washington