“Una empresa no tiene futuro si no se preocupa por el medio ambiente”
ENTREVISTA CHRISTOPH SCHWEIZER CEO Boston Consulting Group/ El máximo ejecutivo de BCG desgrana en exclusiva a EXPANSIÓN la incertidumbre y retos históricos a los que se enfrentan las empresas ahora.
A Christoph Schweizer, máximo responsable de Boston Consulting Group, BCG, le gusta repetir la idea de que estaría “encantado” con que los “activistas climáticos se unieran” y trabajaran para esta compañía. E insiste en ello en una entrevista en exclusiva con EXPANSIÓN durante su visita, hace unos días, a España, uno de sus grandes mercados.
BCG es una de las grandes firmas internacionales de consultoría estratégica. Con cerca de 25.000 profesionales empleados en 50 países, se disputa permanentemente el primer puesto en el podio de las grandes consultoras empresariales con McKinsey y Bain & Co.
No es casual que ahora conceptos como el medio ambiente o la sostenibilidad estén dentro de las prioridades de BCG. Son uno de los motores que está moviendo la consultoría a nivel global. Esos temas cada vez “son una mayor parte del negocio”, dice Schweizer. Y su peso en los resultados se está multiplicando de forma exponencial.
BCG aumentó sus ingresos en más del 20% en 2021, dice Schweizer. El grupo superó por primera vez los 10.000 millones de dólares de ingresos. Los asuntos relacionados con la sostenibilidad y el medio ambiente suponen ya “el 10% del negocio, el doble que hace un año”. Para este ejercicio, el grupo volverá a crecer a un ritmo de “doble dígito”. Y de ese crecimiento, “un 25% es digitalización y un 30% sostenibilidad”, añade el primer ejecutivo de BCG, que desgrana cuáles son ahora los principales retos y problemas de las empresas.
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La pandemia nos enseñó que las empresas tienen mucha capacidad para adaptarse a grandes cambios en poco tiempo” “
Los profesionales con experiencia o conocimientos de sostenibilidad tendrán más posibilidades”
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El teletrabajo ha venido para quedarse pero las empresas tendrán que buscar un equilibrio en cada área”
No es postureo verde
La apuesta por la transición ecológica, el medio ambiente y la sostenibilidad en general “no es un mero postureo verde por parte de las empresas”, comenta. “Realmente creo que apuestan por ello, y que en general los directivos están comprometidos, porque son conscientes de que si una empresa no apuesta por ello, no tiene futuro a largo plazo”.
Esa tendencia se ve incluso a la hora de contratar personal. La carrera empresarial por la digitalización y la sostenibilidad hace que cuando se va a contratar a un licenciado, se mire mucho si tiene o no experiencia en esos asuntos y desde luego “tienen más posibilidades laborales” los que tengan algún tipo de especialización en esos ámbitos.
La ola medioambiental en las empresas está aquí “para quedarse”, igual que “el teletrabajo”, aunque haya momentos en los que se piense que se va a dar marcha atrás.
Un ejemplo es la última cumbre del clima, COP27, en Egipto, cuyos resultados fueron menos espectaculares de los que se preveían al inicio. Que no haya habido más consensos no significa que ha fracasado. Solamente pone de relieve que lo complejo y difícil que es resolver un tema global ahora, “dadas las tensiones geopolíticas que existen”.
Los consejeros delegados de las empresas, o sus primeros ejecutivos, “se enfrentan ahora a mas desafíos”. “Nunca en mi carrera he visto más incertidumbre como ahora en todos los ámbitos”, desde la geopolítica hasta las finanzas y la energía.
Dos grandes eventos
Además, “si algo hemos aprendido es que las cosas pueden cambiar rápidamente en muy poco tiempo”. En los dos últimos años ha habido dos grandes acontecimientos, dice Schweizer. “El primero fue el Covid, que trajo una gran incertidumbre económica y empresarial a todos los niveles”.
Equilibrio
Y la segunda, y más relevante para él, es la lección que nos dejó ese terremoto. “Nos demostró que las empresas tienen mucha más capacidad para adaptarse a grandes cambios en poco tiempo de la que hasta entonces pensábamos que tenían”.
Algunos de esos grandes cambios ya son irreversibles y quedarán implantados en la operativa normal de las empresas, explica Schweizer. Uno de esos cambios es el teletrabajo, dice el máximo responsable de BCG. Él mismo es un ejemplo de teletrabajo, o más exactamente, desubicación física de un lugar laboral concreto.
La sede social de BCG es Boston, en EEUU, pero él está ubicado operativamente en las oficinas de Múnich, en Alemania. No se trata de elegir entre teletrabajo sí o no. “Habrá un equilibrio entre ambas fórmulas dependiendo del tipo de trabajo y, jerárquicamente, la responsabilidad del profesional.
Las tres letras del ESG
Y pone como ejemplo: “Gestionar un equipo de 50 o 100, o más personas es complicado de hacer de forma remota siempre”. Igual que no hay una sola fórmula de teletrabajo, tampoco hay una sola fórmula de sostenibilidad, o de receta económica para las empresas.
Y vuelve a poner ejemplos. De las tres letras del famoso ESG (Environmental, Social, and Corporate Governance; Medio ambiente, Social y Gobierno Corporativo), “países como EEUU han puesto más el foco en la S, quizás por su diversidad”. Es una visión distinta a Europa, en la que políticamente se ha puesto el foco en la transición ecológica como si fuera sinónimo de ESG.
En cualquier caso, de lo que se trata es de alcanzar “una buena combinación entre las tres letras del ESG”, no necesariamente que haya que apostar por una o por otra, dice Schweizer.