“Antes que éxito, trabajo y trabajo”
A sus 27 años, es la primera ejecutiva a bordo del equipo de dirección del centenario astillero español. Cuarta generación de una saga familiar que supone una ráfaga de viento‘Millennial’y sabe bien lo que esperan los jóvenes de las embarcaciones de lujo.
En 1916, los hermanos Jesús y Javier Astondoa comenzaron a construir en una pequeña carpintería de Portugalete botes de remos y traineras. La Guerra Civil frenó su actividad un tiempo y sus caminos se separaron, quedándose entonces Jesús al timón. De Portugalete a Santurce, la familia Astondoa empezó a construir embarcaciones de recreo en los años cincuenta. Dos décadas después, precedidos por su fama, arribarían a su puerto base de Santa Pola, desde donde hoy, tras más de cien años de travesía y 3.000 embarcaciones botadas, Astondoa sigue navegando tripulada por sus descendientes, ya no en traineras, sino en yates de lujo, pero con el mismo ADN que les ha llevado a convertirse en un referente internacional de la náutica de recreo.
Jesús Astondoa, nieto del fundador, es el actual capitán como CEO de la compañía. Su hija Ione Astondoa actúa cual contramaestre en la dirección de la empresa, donde también está su tío Íñigo. La ejecutiva creció entre camarotes, quillas, motores y anclas, incorporándose hace cuatro años a la empresa familiar. A sus 27 años, es ya miembro del equipo de dirección del astillero –de hecho, la primera mujer en subir a bordo–, con funciones ejecutivas tanto en producción, comunicación y márketing como en recursos humanos. Otros familiares de su misma generación también forman parte del astillero, desempeñando funciones en otras áreas, como en diseño, construcción y fabricación.
– ¿Se maneja bien por el puente de mando de Astondoa?
Mi padre es el CEO; yo trato de serle útil en la gestión integral del astillero, asistidos por un magnifico grupo de profesionales de distintas áreas estratégicas. Hemos asumido la continuidad del astillero con toda la energía de la que disponemos. Soy consciente del enorme reto que tenemos por delante, pero al contar con mi padre en activo me encuentro en un momento magnífico para imprimir un estilo acorde con las inquietudes que puedo representar como Millennial, junto a la sabiduría y experiencia que mi padre representa. Sin olvidar la figura de mi abuelo, el gran espejo al que mirarnos. Fue él quien dio los pasos necesarios y estratégicos para hacer de Astondoa lo que hoy es en el mundo de la náutica de recreo.
– ¿Son su padre y su abuelo su brújula para esta travesía?
Sin duda alguna. Ambos representan la dedicación absoluta y el amor por hacer barcos. Compartimos esta pasión y ya sabemos que la pasión mueve montañas, porque no es fácil la vida empresarial para nadie en momentos de incertidumbre como los que vivimos.
– ¿Alguna orden de viva voz especial que guíe su rumbo?
Hay una frase que mi padre repite mucho y que he hecho de ella mi máxima en el compromiso con Astondoa: “El éxito antes que el trabajo sólo está delante en el diccionario. Primero: trabajo, trabajo y trabajo”. Es una prueba de su forma de gestión, humildad, dedicación, mucho esfuerzo y gran compromiso. Soy muy consciente de que formamos parte de un legado familiar al que debemos cuidar, proteger, crecer e imprimir personalidad, al igual que lo hicieron mi bisabuelo, mi abuelo y mi padre.
– A pesar de esa incertidumbre, lo cierto es que la náutica de recreo ha capeado bien el temporal.
La pandemia ha puesto el foco en el ocio náutico por razones de privacidad, de necesidad de aislarse y de protegerse. Navegar es un auténtico placer. Buena parte de la sociedad lo ha descubierto y esta experiencia es realmente muy seductora, así que cuando te subes a un barco es difícil que no quieras repetir.
– ¿Y qué corrientes empujarán esa experiencia?
La sostenibilidad desde luego, un reto que todos asumimos como prioridad. Es el momento para que la sostenibilidad sea una ventaja competitiva. Nuestro mercado es pequeño y la velocidad para incorporar los proyectos de sostenibilidad es más lenta que, por ejemplo, el mundo de la automoción, pero la sostenibilidad puede y debe ser rentable. La sociedad actual y nuestros clientes, especialmente los nuevos, y las generaciones que se incorporan al mundo profesional no entienden que no sea así.
– Además de apostar por la sostenibilidad, ¿qué hay que hacer para animar a las nuevas generaciones a comprarse un barco?
RUMBO
A CANNES
La próxima semana, Astondoa presenta en el Cannes Yachting Festival el nuevo modelo de la gama Coupe, el ‘677 Coupe’, en cuya proa posa Ione Astondoa, embarcación de 18,94 metros de eslora y que se distingue por sus líneas limpias y deportivas y un interior versátil. También se mostrarán el ‘As8’, presentado en octubre de 2020 de forma virtual, el ‘As5’, “un homenaje a mi abuelo y mi legado familiar”, y la lancha deportiva ‘377 Coupe’. Los precios van desde los 380.000 euros los más pequeños, hasta a partir de 1,5 millones de euros los de mayor eslora.
Lo primero es reconocer que las cosas han cambiado: los usos, las tendencias y los clientes. Se trata de un nuevo tablero donde hay que actuar conociendo cómo se mueven, cómo son, qué demandan y cómo se comunican las nuevas generaciones. Los Millennials, donde yo me ubico por edad y forma de vida, somos más exigentes con las propuestas, queremos experiencias, cambiamos la adquisición por otras formas de uso. En nuestro caso, hemos apostado por una comunicación 100% digital, en la que mostramos la historia, el alma y los valores que hay detrás de nuestros barcos. Nos hemos comprometido tanto con nuestra comunidad online que nuestro último modelo de embarcación, el 677 Coupe, que presentamos en unos días en el salón náutico de Cannes, es el primer yate en el mundo cuyo diseño interior ha sido elegido por nuestros seguidores en las redes sociales. Seguiremos haciendo cosas en este sentido que nos acercan a la nuevas generaciones que desde ya representan a los compradores del siglo XXI.*
La pasión mueve montañas, porque no es fácil la vida empresarial en tiempos de incertidumbre como los que vivimos”
Los ‘Millennials’ somos más exigentes con las propuestas, queremos experiencias y otras formas de uso como el alquiler”
Debemos cuidar, proteger, crecer e imprimir personalidad en el legado familiar, igual que hicieron mis antecesores”