Nuevos negocios para las ‘telecos’
Las operadoras de telecomunicaciones, que por tantas razones encaran momentos complicados, especialmente en Europa, tienen sin embargo algunos motivos de esperanza en el futuro ante nuevos nichos de negocio que abren las nuevas tecnologías que, con tanto esfuerzo, están implantando en las redes de telecomunicaciones. Así, uno de ellos es el de las redes privadas de 5G para el mercado empresarial, que serán el elemento transformador indispensable para la digitalización de la producción. Aunque es un sector en el que se van a encontrar con mucha competencia, su experiencia y su privilegiada relación con los grandes clientes suponen ventajas competitivas para lograr el éxito. Pero, además, estas novedosas infraestructuras abren oportunidades. De esta forma, las nuevas redes de telecos van a estar cada vez más basadas en software en vez de en hardware y eso las hará mucho más flexibles y sobre todo más fácilmente programables y configurables ágilmente a la medida de las necesidades de los clientes. Telefónica es una de las pioneras en intentar aprovechar el potencial de estas nuevas redes inteligentes programables mediante la comercialización de API, es decir, pequeños programas que proporcionan un conjunto de funciones. De esta forma, las compañías de servicios digitales, como Google, Netflix, Activision
o Spotify, podrán adquirir estas API que otorgan funciones específicas de la red para enriquecer sus propios productos o servicios. El proyecto es aún incipiente, porque primero hay que crear una librería de API que sean estándares internacionales, para no fragmentar el ecosistema en incontables API incompatibles entre sí que creen una torre de Babel. Y luego hay que diseñar funciones que sean atractivas para que los desarrolladores de aplicaciones paguen por ellas, pero que respeten la estricta regulación europea de privacidad digital o de neutralidad de red. Y encontrar un modelo de comercialización en el que todos los actores salgan ganando.
Musk pedalea marcha atrás
El enfoque de Elon Musk en la moderación de contenidos de Twitter, más laxo que el del anterior equipo gestor de la compañía, ha provocado que muchos anunciantes hayan frenado o eliminado su inversión en la plataforma, poniendo en peligro la propia existencia de la compañía, que obtiene la mayoría de sus ingresos de la publicidad. La primera reacción de Musk fue ir al choque, regañando en persona a los CEO de las empresas “díscolas”. Esta semana ha protagonizado una curiosa batalla con Apple, uno de sus principales anunciantes, de la que finalmente ha tenido que salir en retirada. Ahora, según distintas fuentes, Twitter estaría ofreciendo a las marcas fuertes incentivos para que se anuncien en la plataforma, en un intento de reimpulsar el negocio. Musk quiere convertir a Twitter en lo que él llama Twitter 2.0, pero sus semanas como CEO por el momento han generado una situación de caos que cuestiona la viabilidad. La presión financiera es brutal, dado que el servicio de la deuda de 13.000 millones que ha apalancado la compra genera un gasto financiero anual de 1.000 millones de dólares. Es de sentido común tratar bien a los anunciantes para que vuelvan, pero para muchos el tema del control de contenidos no está resuelto. Quizás, como acaba de hacer Disney en su tormentosa relación con el estado de Florida, la única solución para volver a la normalidad sería un cambio de consejero delegado. Alguien tiene que poner el cascabel al gato.
La vivienda de lujo, imán para el inversor
En momentos de incertidumbre como el actual, y con la recesión asomando la cabeza, la vivienda de lujo se ha constituido como uno de los activos refugio que más interesa a los inversores. La exclusividad de estos inmuebles y la resiliencia a los ciclos del segmento premium, dado el menor impacto de las crisis en el comprador final de este producto, son un reclamo para captar capital en un momento en el que el mercado inmobiliario va a ralentí. Madrid, con unos precios atractivos frente a otras plazas europeas, ha visto cómo escala posiciones en el ránking de las ciudades preferidas para invertir en residencial de alto standing, atrayendo sobre todo al capital latinoamericano y europeo. De acuerdo con un informe reciente de Colliers, un 60% de las ventas de pisos con precios superiores a cuatro millones de euros en Madrid corresponden a extranjeros, principalmente latinoamericanos, con México, Venezuela y Colombia a la cabeza. Esta es una de las razones que ha llevado a Rockstone Real Estate, empresa alemana de promoción e inversión inmobiliaria, a apostar por la capital española, donde ha cerrado dos operaciones en los últimos años, una de ellas esta misma semana. El grupo germano, presente en cinco países, tiene como objetivo reforzar su presencia en España. Con 70 millones ya invertidos, pretende destinar otros 260 millones al país en los próximos dos o tres años, constituyéndose el mercado ibérico como uno de los motores de crecimiento del grupo.