Expansion Primera ED - Sabado

“No me agobia la comparació­n con mi padre”

El sucesor de Alain Afflelou mira su nuevo cargo sin que le preocupe (ni entusiasme) que le busquen las siete diferencia­s con el rey de la óptica. Anthony será menos mediático, pero está hecho de la misma pasta: “Me ha transmitid­o el valor del trabajo”.

- Nerea Serrano. Madrid

Uno de los recuerdos de infancia más felices de Anthony Afflelou (Boulogne-Billancour­t, Francia, 1991) es faltar al colegio un miércoles de 1999 para participar en la grabación de la publicidad de Tchin Tchin. Fue una de las campañas más notorias de Alain Afflelou, el rey de la óptica... y del márketing. Ahora le toca venderse al nuevo director general de Grupo Afflelou, hijo del fundador y ligado a la compañía desde hace siete años. Un pupilo con la vista (y el oído) puesta en el negocio de los audífonos, en las nuevas tendencias y en mantener enfocada una empresa familiar –tienen el 29% de la propiedad– con 50 años de historia.

– ¿Le da vértigo?

No tengo la sensación de tener una responsabi­lidad extra ni me siento presionado. Estoy muy bien acompañado porque la relación con mi padre y mis hermanos [dos de ellos trabajan en la compañía] es muy buena y cercana. Es más bien un orgullo adicional estar ligado a esta empresa a través de un vínculo familiar.

– ¿Viene con una visión disruptiva o habrá una continuida­d?

He de conjugar ambas. Continuism­o en base a los ejes cardinales sobre los que se fundó la empresa y que son valores que representa­n bases sólidas: conocer el oficio, comprender las necesidade­s del cliente, innovar y hacerlo saber a través de la comunicaci­ón. Pero la disrupción es imprescind­ible, teniendo en cuenta los cambios en los hábitos de consumo, la competenci­a, la cada vez mayor verticaliz­ación del mercado y la digitaliza­ción en los procesos de compra.

– Su primer puesto en el grupo fue en una tienda en Madrid. ¿Hay que empezar desde abajo para liderar una empresa?

No se puede generaliza­r, pero a mí me ayudó mucho. El trabajo de vendedor es difícil: debes tener una conducta irreprocha­ble y sonreír frente a clientes que tienen personalid­ades muy diferentes. Además, siempre hay que intentar representa­r lo mejor posible a la marca.

– En eso su padre tiene un máster. ¿Para cuándo una secuela suya de Tchin Tchin?

No me parece oportuno aparecer en la publicidad. Él hablaba en los spots en calidad de óptico o audiólogo y eso le legitimaba para salir. Aunque

comprendo la profesión, yo no soy óptico.

– ¿Y no era más fácil rodearse de Sharon Stone [protagoniz­ó sus anuncios] que de la familia?

Tenemos una confianza total entre hermanos y padres y es sencillo hablar con libertad. Para mí, es más fácil cuestionar­le ideas a mi padre que para un colaborado­r que no tiene ese vínculo familiar. El inconvenie­nte es que, como hablamos de una manera más libre, hay un componente más emocional, pero siempre hemos sabido diferencia­r entre trabajo y familia. Por lo general, no hablamos del negocio en las comidas del domingo.

– ¿Ni siquiera para compartir algún consejo en la sobremesa? *

Trabajar en el negocio familiar ha sido un empeño personal, no he tenido ninguna presión por parte de mi padre”

He de continuar con los valores y ejes cardinales con los que se fundó la empresa, pero la disrupción es imprescind­ible”

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