La fascinación de Fanny Hensel, Clara Schumann y Emilie Mayer por Beethoven
El tenor Manuel Gómez Ruiz reivindica a estas tres mujeres.
Fanny Hensel llamó Ludwig a su único hijo varón en honor a Beethoven, un compositor al que admiraba profundamente y al se sentía de alguna forma unida. “Éramos jóvenes cuando Beethoven estaba en sus últimos años. Sus formas nos influyen. Es demasiado conmovedor, demasiado poderoso”, definía la compositora y pianista, que a pesar de esa fuerza, esa pasión, esa influencia, ha pasado a la historia como la hermana de Felix Mendelssohn.
Es algo similar a lo que le ocurrió a Clara Schumann, celebrada pianista de fama internacional, cuyas interpretaciones de las obras de Beethoven fueron alabadas por el público del siglo XIX. Entre otros, por el dramaturgo austriaco Franz Grillparzer que tras escuchar su interpretación de Sonata en fa menor escribió el poema Clara Wieck –su apellido de soltera– y Beethoven. Pero siempre que se intenta rememorar su trabajo se reitera que era la mujer de Robert Schumann.
Menos conocida, pero no menos importante, fue Emilie Mayer, que debido a lo prolífico de su obra –compuso al menos ocho grandes sinfonías, quince oberturas de concierto junto a una gran cantidad de música de cámara– y a que sus piezas tenían muchas similitudes con las del gran compositor alemán, la crítica y el público del siglo XIX se referían a ella como “la Beethoven femenina”.
Estos olvidos injustos son los que justifican la apuesta del tenor Manuel Gómez Ruiz, que reivindica en su último trabajo la importancia de estas tres mujeres y la fuente de inspiración que fue Ludwig van Beethoven para todas ellas. Bajo el título, Es
“Este disco sirve para romper el silencio de la historia y situarlas donde se merecen”, dice el tenor
cuchar todos sus nombres, y junto a la pianista Elenora Pertz, Gómez da protagonismo a estas tres figuras femeninas. En él celebra su valentía, su talento y su legado. “Beethoven les sirvió de impulso; su ímpetu humanista, su forma de ver la música con nuevas tonalidades las ayudó en su aprendizaje y evolución”, explica Gómez.
El tenor entiende la fascinación por el compositor, pero anima a los amantes de la música clásica a descubrir el trabajo de estas mujeres (si no lo han hecho ya). “Su legado es de una calidad extraordinaria, componían una música bellísima que lamentablemente no se programa tanto como la de otros”, define Gómez, que se rinde ante estas mujeres pioneras que decidieron componer en un mundo hostil que aún no estaba preparado para admirar su arte, que fueron antorcha del legado del genio de Bonn pero que también aportaron a la historia de la música su sensibilidad, calidez y lirismo. “Este disco sirve para romper el silencio de la historia, los abismos de las oportunidades y situarlas donde merecen, donde siempre debieron estar, en un programa donde podamos también escuchar todos sus nombres”, concluye Gómez.
Las tres admiraban al compositor alemán y su ejemplo y su trabajo les sirvió de impulso