Peaje de Bruselas a las energéticas por la crisis

La excepcionalidad en que vive inmersa la zona euro por la crisis energética provocada por la invasión rusa de Ucrania ha llevado a las autoridades comunitarias a poner encima de la mesa medidas que hace sólo un año eran inconcebibles. El pasado otoño, Bruselas rechazaba cualquier tipo de intervención en el mercado eléctrico europeo. En primavera, autorizó la llamada “excepción ibérica” para permitir a España y Portugal desligar los precios de la luz del coste del gas en los mercados internacionales. Y ahora, de cara a un invierno que se presenta crítico para el suministro de energía si Rusia no restablece los flujos de gas hacia Centroeuropa, la Comisión Europea se ha puesto al frente de las iniciativas para limitar los precios de la energía en el continente. El plan detallado ayer por Ursula von der Leyen ante el Parlamento Europeo, que deberán validar los gobiernos nacionales, contempla limitar los beneficios extraordinarios de las eléctricas por las llamadas instalaciones inframarginales (renovables y nucleares) e imponer una tasa “solidaria” a las petroleras y gasistas también sobre sus ganancias excepcionales por el drástico encarecimiento de la energía. Con este golpe fiscal se recaudarían 140.000 millones de euros que los Estados miembros deberán destinar a los consumidores más vulnerables, inversiones que mejoren la eficiencia de sus sistemas eléctricos y medidas de ahorro energético. Aunque las propuestas y la retórica adoptadas por Von der Leyen parezcan avalar las medidas implementadas por Pedro Sánchez, Bruselas plantea esta intervención en el mercado eléctrico como excepcional, limitada a este ejercicio, a diferencia del impuesto a las energéticas del Gobierno español recién validado por el Congreso de los Diputados, con una vigencia fijada hasta 2023 y que grava los ingresos de estas compañías. Si sale adelante la propuesta fiscal de la Comisión, Hacienda deberá modificar este tributo para adecuarlo a las directrices comunitarias, con lo que la recaudación será inferior a la esperada por PSOE y Podemos. A medio plazo, el Ejecutivo comunitario aspira a reducir la dependencia energética del exterior de la zona euro, que ha amplificado las repercusiones de la crisis energética sobre la economía comunitaria, con la creación de un banco que financie las inversiones en hidrógeno verde. Europa está decidida a recuperar soberanía estratégica para evitar en el futuro chantajes como el de Putin con el gas. La cuestión es cuánto tardará en lograrlo.

El golpe fiscal que planea la UE al sector energético es inferior al ya aprobado por el Gobierno español