Menos riesgo y más control: así se ha reinventado Wall Street
CAMBIOS NORMATIVOS/ TRAS LA CAÍDA DE LEHMAN BROTHERS, LA REGULACIÓN DEL SECTOR FINANCIERO SE HA INTENSIFICADO EN ESTADOS UNIDOS EN BUSCA DE UNA MAYOR TRANSPARENCIA.
‘La niña sin miedo’ llegó a Wall Street en 2017. La famosa estatua de bronce de una niña que se enfrenta con valor al toro de Wall Street se colocó con nocturnidad y alevosía. Sin los permisos necesarios. Y aunque no le faltaron retractores, el clamor popular consiguió que la escultura se recolocara temporalmente frente a la sede de la Bolsa de Nueva York. A día de hoy, sigue ahí, vigilante ante los excesos que hace catorce años desembocaron en la mayor crisis financiera de la historia moderna.
Desde entonces, Wall Street se ha reinventado. No del todo. Aunque con cifras más modestas, todavía llama la atención los bonus y las comisiones millonarias que mueve la banca de inversión. Pero ya nada es lo que era. O al menos eso dicen, con pesar, los banqueros de antes; y con orgullo, los de ahora.
Si hay una forma de resumir cómo ha cambiado Wall Street desde la caída de Lehman Brothers sería hablar de una mayor aversión al riesgo por parte de los inversores y de un aumento de la regulación, así como del papel de la SEC a la hora de supervisar los mercados y el de la Fed con los bancos. Se trata de una transformación lenta, que sigue en marcha a día de hoy. Legisladores y reguladores todavía continúan diseñando y ultimando normas para, por ejemplo, exigir mayor transparencia a los hedge fund, o terminar con el ‘cheque en blanco’ de las compañías especiales con propósito de adquisición (Spac, por sus siglas en inglés) y evitar así repetir los mismos errores del pasado.
El primer gran cambio legislativo llegó en 2010, con la Ley Dodd-Frank, que reformó el funcionamiento de Wall Street desde sus cimientos. Unas de las principales novedades que introdujo fue la obligación a muchos bancos de reducir –y en la mayoría de los casos a eliminar– las operaciones de trading por cuenta propia. También se sentaron las bases para los controles de las ratios de capital de los bancos y su solvencia ante determinados escenarios adversos (los conocidos como test de estrés). Entre otros órganos, se creó el Consejo de Supervisión de Estabilidad Financiera y la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor. También se dio más poder a la Reserva Federal para controlar a las entidades consideradas sistémicas.
Si bien esta ley está considerada como uno de los grandes legados de la Administración Obama, también fue clave en la campaña con la que Donald Trump accedió a la Casa Blanca, tras prometer que derogaría la norma. Aunque no lo hizo en su totalidad, en 2018 la reformó, aliviando la carga regulatoria para las entidades cuyos activos no superaran los 250.000 millones de dólares.
Pero en los últimos catorce años no sólo se ha transformado la operativa de los grandes bancos de Wall Street. También las Bolsas y cómo actúan los inversores han sufrido una importante evolución.
Salidas a Bolsa
La Ley Dodd-Frank tuvo un impacto directo, por ejemplo, en las salidas a Bolsa. Evidentemente, la crisis financiera fue la gran responsable de que los debut bursátiles prácticamente desaparecieran en 2008. De las 213 operaciones públicas de venta (OPV) de 2007, a poco más de una treintena al año siguiente.
No se volvió a llegar a las cifras precrisis hasta 2013, en gran parte debido a las trabas regulatorias. En un entorno de tipos bajos, las compañías preferían financiarse directamente a través de colocaciones privadas que dar el salto al parqué y enfrentarse a laberinto normativo.
La crisis financiera supuso además un antes y un después en la popularidad de los fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés). Este tipo de vehículos, que llevaba dos décadas intentando hacerse un hueco entre los inversores, despegó tras la reforma del sistema financiero en Wall Street.
La percepción del riesgo fue clave. Desde entonces, para muchos inversores utilizar un ETF es más seguro que tomar posiciones a título individual en los mercados de valores. En 2008, los activos bajo gestión en ETF rondaba el medio billón de dólares. Tres años después, esta cifra se había duplicado. En 2022, sólo en Estados Unidos, este tipo de fondos gestionan más de 7 billones de dólares, según datos de Brown Brothers Harriman.
En esta versión 2.0 de Wall Street, todavía queda camino por recorrer. Sobre la mesa no faltan retos. Por ejemplo, cómo encajar la descentralización del mundo cripto en un modelo de riesgo controlado y supervisión constante para proteger al inversor.
La Ley Dodd-Frank reformó el funcionamiento del sistema financiero en EEUU en 2010
La SEC trabaja en varias normas para regular la operativa de los ‘hedge funds’ y las Spac