Rishi Sunak dinamita la ilusión fiscal del Brexit
Durante la campaña del referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la UE, los defensores del Brexit, encabezados por el oportunista Boris Johnson y entre los que también estaba el actual primer ministro británico, Rishi Sunak, prometieron que, una vez liberado del yugo comunitario, el país sería un oasis de libertad económica, bajos impuestos y mínima regulación en Europa, equiparable a Singapur en Asia. Pero seis años después, con una devastadora pandemia por medio, la economía británica se adentra en otra recesión y su Gobierno plantea una estrategia para combatirla diametralmente opuesta a la prometida en aquel trascendental referendo. El nuevo plan presupuestario desvelado ayer en la Cámara de los Comunes por el ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, que enmienda al completo el frustrado mini-Presupuesto de la efímera premier Liz Truss que provocó el pánico en los mercados a finales de septiembre, implica dinamitar la ilusión del Brexit en materia tributaria. Reino Unido apuesta ahora por una subida generalizada de los impuestos para elevar la recaudación en 25.000 millones de libras durante los próximos cinco años, junto a un ajuste del gasto público de otros 30.000 millones. El conservador Hunt justificó este vuelco, que carga buena parte del ajuste fiscal sobre las rentas altas y las compañías energéticas, con el mismo argumento que gobiernos socialistas como el español: “Pediremos más a los que tienen más”. Otra similitud con España es que su economía tampoco recuperará los niveles pre-Covid hasta 2024. Reino Unido afronta una dura travesía tras el Brexit y la pandemia.