Un 2023 desafiante para el sector textil
La industria textil se enfrenta a un 2023 complicado en Europa debido a la inflación y su impacto sobre la renta disponible de los hogares, lo que provocará un mercado plano, en el mejor de los escenarios, o con una caída de ventas de hasta el 4%, en el peor de ellos, según el estudio The State of Fashion 2023, elaborado por McKinsey. La investigación se ha convertido en una referencia en el sector ya que, además de contar con la opinión de los expertos de la consultora, refleja la visión de casi dos centenares de directivos de la industria, entre ellos los consejeros delegados de los principales grupos a nivel global. Su expectativa es que el adverso contexto de mercado en Europa se vea compensado con crecimientos de un dígito en China y, sobre todo, en EEUU y Oriente Medio, donde la industria espera un mayor dinamismo el próximo año. Pese a ello, el escenario de desaceleración global, unido a un contexto todavía muy marcado por los altos costes, provocará nuevos planes de ajuste de gastos, una reducción de los surtidos, un cambio en las políticas de precios y promociones, así como una gestión más eficiente de la producción y de la logística para no dañar los márgenes del sector. El desafío será mayor para aquellas empresas menos flexibles y con una menor diversificación geográfica de sus ventas, por su menor adaptabilidad a los cambios del mercado, pero también para aquellas enfocadas a un público más joven, que es el que más va a sufrir el recorte de su capacidad de gasto. En cambio, el sector del lujo parece más inmune al contexto adverso, al contar con un consumidor menos afectado por la reducción de su renta disponible. El puzle de desafíos para el sector se completará con la desaceleración del crecimiento del negocio online, lo que mete más presión a las compañías por ser rentables en este canal, sobre todo a las que no tienen tiendas físicas, y con la creciente importancia de las políticas de sostenibilidad, cuyo cumplimiento lleva aparejado un incremento de costes. a finales de año será del 95% de la existente antes de la pandemia, tras subir diez puntos desde los índices del verano pasado. Una parte importante de la recuperación viene de la buena marcha de los vuelos trasatlánticos, con Estados Unidos como estrella. Así, la compañía ha subido un 21% sus vuelos con dicho destino esta campaña de invierno, con un 15% más de plazas, y Dallas y Nueva York son importantes focos de crecimiento de cara a 2023, sobre un total de ocho ciudades servidas. Además, la fortaleza del dólar está dinamizando el turismo desde Estados Unidos a España, por lo que Iberia está realizando actuaciones conjuntas con la Comunidad de Madrid. Los viajeros procedentes de EEUU tienen alto poder adquisitivo , contribuyen el 12,2% de los visitantes extranjeros a la Comunidad y son el primer grupo por nacionalidad a ctualmente. En Nueva York, a partir de mañana, Iberia trasladará su actividad en el aeropuerto JFK a la terminal 8, lo que supone una clara mejora para los pasajeros.