Expansión Nacional - Sabado - Fin de Semana
Rivalidades de la moda más exclusiva
Empresarios y diseñadores de grandes marcas de lujo han protagonizado polémicos enfrentamientos.
Arnault y Pinault rivalizaron hasta por ver quién donaba más dinero a Notre Dame tras el incendio
Madrid Decir que en las mayores batallas de la moda y el lujo han saltado chispas sería quedarse corto. Más aún cuando el incendio de la catedral de Notre Dame motivó el enésimo duelo entre dos grandes fortunas de un país conmocionado por ver cómo uno de sus principales monumentos era consumido por las llamas. En la madrugada del 16 de abril, pocas horas después de que el fuego fuera extinguido, el multimillonario François Pinault, presidente del grupo Kering, anunció una donación de 100 millones de euros para reconstruir el emblemático edificio. Apenas habían transcurrido unas horas cuando su archirrival Bernard Arnault, dueño de LVMH, anunció un donativo de 200 millones.
Ambos magnates protagonizan una enconada lucha que desde 1999, cuando Pinault, por entonces un empresario desconocido para el gran público, se impuso en la puja por la marca Gucci a Arnault, quien ya controlaba insignias como Louis Vuitton o Christian Dior. No deja de ser irónico que lo único que han compartido en este siglo ha sido su tardanza por hacer efectivos sus donativos para Notre Dame, ya que uno de los responsables de la catedral declaró en público dos meses después del incendio que las grandes fortunas no habían pagado “ni un céntimo”.
¿Se trata de la mayor rivalidad de la historia de la moda?
A nivel económico no hay duda, pero en el plano personal tal afirmación sería muy atrevida. Especialmente, si otra histórica enemistad del sector tiene como protagonistas a Coco Chanel, Elsa Schiaparelli y un incidente en el que, de nuevo, se puede decir que saltaron chispas, ya que un vestido acabó en llamas.
Es imposible hablar de moda y llamas sin mencionar a Yves Saint Laurent, un creador de fuego, como se le bautizó en un documental que se estrenó en 2018 con motivo del décimo aniversario de su muerte. Y lo cierto es que el diseñador de origen argelino se caracterizó por una personalidad incendiaria que llevó a enemistarse con otros históricos de la industria como Karl Lagerfeld y Tom Ford. Este segundo asegura que Saint Laurent le hizo la vida imposible en París, aunque no lo suficiente como para descarrilar una trayectoria sin la que no se entiende la actual configuración del sector. Al fin y al cabo, Ford fue el principal responsable de reflotar Gucci a finales de los 90, una empresa en la que los fundadores se proferían amenazas de muerte entre ellos.
No deja de ser una realidad que muchos iconos de la moda han carecido en intervenciones públicas de la elegancia que desprendían sus creaciones. Un ejemplo de ello ha sido Giorgio Armani y sus acusaciones de plagio contra Dolce & Gabbana.
Tampoco anduvo acertada a principios de año Megan Marino, una empleada de Cartier que fichó en secreto por Tiffany para filtrarles secretos sobre los diamantes más exclusivos del planeta. Todo para acabar despedida a las cinco semanas de su contratación. Al menos en este conflicto no ha habido, que se sepa, fuego de por medio.
Tom Ford tuvo un duro choque con Yves Saint Laurent por intentar reformar la marca parisina