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Empresas españolas que triunfan en EEUU
Desde la nueva Terminal 1 del aeropuerto de Nueva York hasta un puente que desaparece bajo el mar en Virginia, las compañías españolas se ponen al frente de las mayores obras de ingeniería de Estados Unidos.
El mayor parque eólico marino del país, la nueva terminal del aeropuerto JFK o un puente que desaparece bajo el mar en Virginia. Empresas españolas como Iberdrola, Ferrovial, ACS y Acciona lideran algunos de los grandes proyectos de infraestructuras que se llevan a cabo en EEUU.
La foto del presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, colocando la primera piedra de la nueva Terminal 1 del aeropuerto JFK junto al deportista Magic Johnson dio la vuelta al mundo y acaparó las portadas de los grandes medios estadounidenses. Se trata de un proyecto emblemático en muchos sentidos: en el accionariado participa una estrella de la NBA, su presupuesto asciende a cerca de 10.000 millones de dólares (sustituirá a tres terminales del JFK), se trata de la mayor inversión privada en una terminal aérea de Estados Unidos... Y quien lidera el proyecto no es una compañía norteamericana, sino española: Ferrovial.
En los últimos años, las compañías patrias han acelerado su desembarco en Norteamérica, atraídas sobre todo por un plan de infraestructuras que supone una inversión pública de 120.000 millones de dólares anuales durante la próxima década, a la que habría que sumar la parte privada y los recursos que sean capaces de movilizar las administraciones regionales y locales.
Y aunque tradicionalmente EEUU no ha sido la prioridad para las compañías españolas, frente a Europa o Latinoamérica, en los últimos años estas cifras multimillonarias han sido un aliciente para cambiar la estrategia. De hecho, Ferrovial no es nueva en EEUU –con una amplia presencia en licitaciones de autopistas– y su plan estratégico contempla que Norteamérica (incluyendo Canadá) sea la región que más aporte a su beneficio bruto de explotación (ebitda).
En el caso de la nueva terminal del JFK, la compañía española ha sido muy bien recibida por el resto de miembros del consorcio que construirá y gestionará la infraestructura, gracias a su larga experiencia internacional en este campo. El aeropuerto londinense de Heathrow es el más conocido, pero en los últimos 20 años ha participado en la construcción o gestión de más de una treintena de aeropuertos en todo el mundo–.
Además, la compañía presidida por Rafael del Pino no es la única que construye este tipo de infraestructuras. Por ejemplo, ACS está construyendo en estos momentos la Terminal 1 del aeropuerto de San Diego (California). Las obras, con un presupuesto que asciende a 2.600 millones de dólares, deberían estar terminadas para 2028. También participa en un proyecto de ampliación del aeropuerto de Denver, el más grande de Estados Unidos y el segundo mayor del mundo –sólo superado por el King Fahd International, en Arabia Saudí–. El proyecto supone una inversión de 1.100 millones de dólares y estará concluido el próximo año.
ACS participa en estas infraestructuras con su filial Turner, sociedad centenaria con sede en Nueva York que lleva construyendo edificios y otras grandes obras de ingeniería desde principios del siglo XX. Esto convierte a la compañía presidida por Florentino Pérez en la que más
ACS, a través de su filial Turner, lidera dos proyectos en los aeropuertos de San Diego y de Denver
arraigo tiene en Estados Unidos, región de la que procede cerca de la mitad de la facturación del grupo constructor en todo el mundo.
También está presente a través de su filial Dragados, que en los últimos cinco años se ha adjudicado 131 proyectos en el país, con un valor de inversión cercano a los 15.000 millones de dólares, a los que se sumarían otras siete infraestructuras en Canadá por 8.700 millones de dólares.
Pero no todo son grandes infraestructuras de hormigón y acero. Las energías renovables también ocupan un papel clave en el plan de inversión anunciado por la Administración Biden, con más de 100.000 millones de dólares para redes eléctricas y generación verde, a lo que suma otras partidas, como más de 400.000 millones de dólares en créditos fiscales para el impulso de fuentes sostenibles y la lucha contra el cambio climático.
Hace unos días, Iberdrola presentó su plan estratégico 2022-2025 para EEUU, que contempla inversiones de 15.000 millones de euros du
Iberdrola invertirá 15.000 millones de euros en los próximos tres años en EEUU
rante ese periodo, principalmente en el negocio de redes, que concentrará el 88% de la cifra anunciada. El resto, alrededor de 1.800 millones de euros, se destinará al negocio renovable y se traducirá en la construcción de más de 1.100 megavatios (MW) renovables.
Acciona también es un protagonista relevante del mercado energético estadounidense. Cuenta con 1.064 MW eólicos instalados en diez parques, además de 64 MW en la planta solar termoeléctrica de Nevada Solar One. Hace dos años, anunció el inicio de las operaciones de su mayor parque eólico del país, de 198 MW, en La Chalupa (Texas). También firmó un acuerdo con la compañía Tenaska para adquirir una cartera de proyectos fotovoltaicos distribuidos en siete estados. La compañía confía en poner en servicio ocho proyectos de esa cartera antes de que finalice 2023, sumando 1.200 MW nominales.
Aun así, su iniciativa más importante se encuentra en el ámbito de las infraestructuras, ya que lidera un emblemático proyecto en Dakota del Norte: la construcción de un canal anti-inundaciones, la primera infraestructura de estas características del país, que apuesta por la colaboración público-privada y la financiación verde.
La compañía presidida por José Manuel Entrecanales también construyó y opera una de las desaladoras más grandes del país, en Florida.
Más allá de liderar la construcción y gestión de grandes infraestructuras, la participación española en este tipo de proyectos abarca muchos otros aspectos. Desde la financiación, en la que por ejemplo
Acciona está posicionándose con fuerza en el sector de las energías renovables
Santander es uno de los líderes del sector en grandes desarrollos de campos de energías renovables, hasta Acerinox, que produce acero y aleaciones especiales en sus plantas estadounidenses para surtir al mercado local; pasando por la tecnología de Indra, que controla desde sistemas de peajes en autopistas hasta el embarque de pasajeros en los aeropuertos estadounidenses.