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Aplicaciones para compartir y ahorrar en tiempos de inflación
La subida del precio de los alimentos ha impulsado una serie de aplicaciones para compartir. El ahorro y el compromiso de disminuir el consumo se han convertido en tendencia en países como Reino Unido.
Hay aplicaciones de préstamos de aparatos eléctricos y herramientas, previo pago de una fianza
Marianna Giusti. Financial Times “Si puedo pagar 2 libras en lugar de 10 por cenar, mucho mejor”, afirma Tomas Ribeiro. “Aunque podamos permitirnos comprar comida, todo el mundo se fija cada vez más en los precios”.
Ribeiro, de 28 años, está muy lejos de la precariedad, con un salario de más de 60.000 libras como financiero de Budweiser en Londres. Pero él está entre los muchos británicos dentro de un amplio abanico salarial que se han subido a una nueva ola de aplicaciones y servicios de reciclaje, atraídos por la ética de estas compañías, así como por el ahorro sustancial que ofrecen.
Páginas web y aplicaciones como Olio para compartir alimentos o el mercado de moda Depop han surgido recientemente para cubrir un creciente deseo de compartir dentro de una comunidad. Ribeiro es fan de Too Good To Go, una aplicación que vende alimentos frescos de cafeterías o restaurantes locales por una fracción del precio habitual poco antes de las horas de cierre. “Los supermercados son demasiado caros y Too Good To Go es una buena opción porque a todo el mundo le gustan las cosas cercanas y un mínimo esfuerzo”, afirma. Empezó a usar la aplicación este año cuando sus amigos se la recomendaron. El creciente coste de la vida ha llevado a un incremento de la actividad de esta app: el número de bolsas de comida vendidas se multiplicó por seis entre enero y julio de este año, según Too Good To Go.
Ribeiro utilizó Gumtree, una web de comercio local, para comprar un sofá por 30 libras. Depop es su sitio preferido para comprar camisetas y zapatillas de baloncesto. Calcula que ha ahorrado unas 700 libras por utilizar aplicaciones similares en el último año.
Solomon Wilkinson, de 34 años, descubrió Too Good To Go cuando era estudiante. Ahora es productor digital freelance en una firma de márketing de Londres, Jellyfish, y la utiliza para comprar comida de Planet Organic. Esto significa que puede comprar “comida y verduras por sólo 3 o 4 libras” en una tienda que él considera “normalmente muy cara”.
Wilkinson gana unas 80.000 libras al año, pero no se siente aislado de la situación económica. “Aunque mis finanzas no se vean directamente afectadas por la crisis del coste de la vida, la tendencia general a ajustarse el cinturón también ha calado en mí”, afirma. “Siendo autónomo sé que una crisis en la economía puede significar menos trabajo y debo ser razonable cuando gasto mi dinero”.
La inflación británica es la más alta en 40 años, un 10,1% en septiembre, impulsada por el aumento de los precios de la alimentación en más de un 14%. Con la subida de las hipotecas y de las facturas de la energía, también han aumentado las aplicaciones basadas en el ahorro.
Selina Flavius, una coach financiera y autora del pódcast Black Girl Finance, ve el atractivo para los jóvenes profesionales, pero dice que el ahorro es una gota en el océano cuando lo que les preocupa a sus clientes es pagar la hipoteca. “Estas apps son sólo una tirita.
La gente no va a evitar así la crisis actual”.
L Olio. La aplicación permite a la gente conseguir totalmente gratis artículos y comida que no quieren los vecinos. Los usuarios dejan sus bolsas en la puerta de sus casas para que otros las recojan.
L Too Good To Go. Un mercado donde las cafeterías y las tiendas de alimentación venden una lista de alimentos frescos con grandes descuentos en lugar de tirarlos a la basura. Los compradores no saben lo que hay dentro de la bolsa, pero pagan solo un 10% del precio normal. *
L Depop. Plataforma de compra y venta de ropa de segunda mano.
L Fat Llama. Esta aplicación alquila y presta herramientas y equipos para el hogar de usuarios a precios por debajo del mercado.
L Gumtree. Mercado online para artículos de segunda mano, conocidos por su estilo informal y precios bajos.
La subida de los precios de los alimentos ha impulsado el crecimiento del uso de algunas aplicaciones para compartir. Olio ha multiplicado por cinco su lista de productos desde 2020. Valentina Zito, de 32 años, ejecutiva de ventas en Yahoo!, empezó a utilizarla hace dos años para conseguir comida gratis y artículos para el hogar que subían a la aplicación sus vecinos de Hoxton, en Londres. Ella también publica los alimentos que no consume en Olio, evitando así tirarlos a la basura. “Creo que los precios del supermercado son más altos que nunca, incluso para los que tienen un sueldo por encima de la media”.
Las apps como Fat Llama permiten el préstamo de herramientas y aparatos eléctricos pagando una fianza. El servicio es el favorito de Pete Abboud, 31 años, analista de datos en Bloomberg, cuyo sueldo supera las 50.000 libras. Abboud alquila equipos de iluminación y sonido a otros usuarios cuando organizan una fiesta. David Greenfield, vicepresidente del Instituto de Enonomía Circular, una agencia de formación, señala que las Bibliotecas de las Cosas –donde las herramientas y los artículos para el hogar están disponibles para que los miembros de la comunidad los utilicen de forma gratuita– es un buen ejemplo de la clase de sistemas que pueden reducir el consumo. “No necesitamos 200 taladradores en 200 hogares”, afirma.
Cree que la situación financiera acercará a la gente a servicios que operan sin dinero. “Hay plataformas que ofrecen oportunidades para conseguir cosas de forma gratuita, y en una crisis financiera ésta debería ser nuestra primera opción”.
Incluso personas con salarios superiores a la media están utilizando estas aplicaciones