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Las jóvenes promesas piden
Los gobernadores de Florida, Míchigan, Virginia y California, auténticas estrellas de la política en sus estados,
Sergio Saiz. NuevaYork
“Creo que ha llegado la hora de que una nueva generación lidere a los demócratas que tanto respeto, y estoy agradecido de que haya tantos preparados y dispuestos para asumir esta impresionante responsabilidad”. Con estas palabras anunció a finales de la pasada semana Nancy Pelosi que no optará a la reelección como portavoz del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes.
A nadie le sorprende que haya una nueva generación deseando dar el salto a la primera fila. Si hay algo inmutable en EEUU es la política. A sus 82 años, Pelosi ha estado al frente de su partido en la Cámara Baja durante las últimas dos décadas, cuando George W. Bush era presidente. Y en 2007 hizo historia al convertirse en la primera mujer en presidir la Cámara. Ahora, aprovecha que su partido ha perdido el control de esta ala del Congreso en las últimas elecciones para dar un paso atrás. O a un lado, porque ya se ha ofrecido para asesorar en la sombra a los futuros líderes.
Candidatos para sustituirla no faltan. Así como a sus dos lugartenientes, que también se jubilan. En menos de 24 horas, dieron un paso adelante Hakeem Jeffries, Katherine Clark y Pete Aguilar. A mediados de la próxima semana se desvelará la incógnita sobre el futuro liderazgo del partido en la Cámara de Representantes.
Quienes confiaban en que las elecciones de medio mandato iban a servir también para dar una oportunidad a las nuevas generaciones en la carrera presidencial de 2024 es posible que vean frustradas sus esperanzas. Estrellas emergentes en la carrera hacia la Casa Blanca no faltan ni entre los demócratas ni entre los republicanos. Los últimos comicios han puesto de manifiesto la popularidad y el apoyo electoral con el que cuentan algunos candidatos.
En el bando liberal, Gretchen Whitmer, gobernadora de Míchigan, o Gavin Newsom, gobernador de California, son dos de los rostros más populares y con más apoyo social del partido. Sin embargo, son conscientes de que sus probabilidades son bajas. El favorito de los demócratas, y al que la Casa Blanca lleva preparando en los últimos meses, es Pete Buttigieg, actual secretario de Transportes y políticamente menos expuesto que sus jefes: Joe Biden y Kamala Harris.
Aun así, en la hoja de ruta oficialista, Buttigieg es el plan c. Los analistas no se ponen de acuerdo en si Joe Biden opta
rá o no a la reelección. Si no da un paso al frente, la candidata demócrata que contará con todo el respaldo del partido será Kamala Harris, pese a que su popularidad está por los suelos, incluso por debajo de la de Joe Biden.
En escena entra Donald Trump, que hace dos semanas anunció por todo lo grande, desde su mansión en Florida, que optaría a la reelección como candidato republicano para ocupar la Casa
Blanca dentro de dos años. La primera lectura que hacen los analistas es que las probabilidades de que Biden decida presentarse se elevan exponencialmente. Pesa tanto la enemistad entre ambos, como las sombras sobre la legitimidad de los últimos comicios y la realidad de que sería el candidato con más opciones de volver a derrotarle.
Automáticamente, eso significaría que cualquier aspiración de las estrellas demócratas en ascenso quedarían en suspenso durante otros cuatro años. Unas primarias contra la vicepresidenta Harris entran dentro de lo esperado, pero no un enfrentamiento directo contra el actual inquilino de la Casa Blanca.
Conservadores
En el Partido Republicano, sin embargo, sí se espera más oposición a Donald Trump, aunque todavía nadie ha dado un paso al frente. Las primeras voces críticas dentro de las filas conservadoras ya han empezado a pronunciarse, incluso apoyadas por algunos de los grandes donantes que en su día financiaron a Trump.
El CEO de Blackstone, Stephen Schwarzman, fue uno de los mayores contribuyentes en la campaña de Trump de 2020, pero en esta ocasión considera que “es hora de que el Partido Republicano recurra a una nueva generación de líderes . Tengo la intención de apoyar a uno de ellos en las primarias presidenciales”. Todavía no hay nombres oficiales, pero todo apunta a que el favorito es Ron DeSantis, el actual gobernador de Florida, que ha arrasado en las últimas elecciones.
Hay otros aspirantes, como Glenn Youngkin, gobernador de Virginia, o Tim Scott, senador por Carolina del Sur, que también cuentan con el respaldo popular en sus demarcaciones. Sin embargo, a nivel nacional, no cuentan con la popularidad que DeSantis ha logrado gracias, entre otras cosas, a su famoso encontronazo con Disney hace unos meses y que seguirá explotando para abanderar la causa republicana más allá de las fronteras de Florida.