Europa despeja el futuro de la nueva fiscalidad digital
La Unión Europea avanza todas las claves en las que trabajan los países para implantar un sistema que grave los nuevos negocios de la economía digital.
La irrupción de la economía digital ha supuesto una auténtica revolución para la fiscalidad. Las Administraciones tributarias estudian a marchas forzadas cómo gravar este nuevo negocio y –en pleno debate internacional en el seno de la OCDE– el Consejo Económico y Social Europeo (CESE) acaba de publicar sus conclusiones sobre lo que será el nuevo paradigma fiscal de las próximas décadas.
El documento, firmado por la presidenta del CESE, Christa Schweng, sienta las bases sobre la futura tributación digital y avanza, sobre todo, hacia dos horizontes. Por un lado, la fiscalización de los intangibles, en concreto los datos. Por otro, los países europeos están diseñando un sistema internacional armonizado, por lo que las diferentes tasas Google tendrán que desaparecer. En Europa ha llegado a haber 14, entre ellas la de España, en vigor desde enero de 2021.
En este sentido, el Comité Económico y Social Europeo recomienda que, “una vez que se alcance un acuerdo internacional sobre el Pilar I del Marco Inclusivo de la OCDE/ G20 en relación con la reasignación de los derechos de imposición, las normas correspondientes se apliquen rápidamente en la Unión Europea”. “Hay que garantizar la supresión de los impuestos nacionales sobre los servicios digitales y otras medidas similares dirigidas a las empresas”, apunta el documento.
“Esta medida es fundamental para garantizar el consenso de varias jurisdicciones importantes en torno al plan de la OCDE y evitar que las nuevas normas puedan impugnarse en el futuro como discriminatorias con arreglo a las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), con consecuencias no deseadas desde la perspectiva del comercio internacional”, añade.
En este sentido, los países europeos reiteran que “es de suma importancia” adoptar un enfoque que evite los riesgos de la doble imposición, así como los casos involuntarios de no imposición en cualquier jurisdicción, y que minimice los costes de cumplimiento para las empresas europeas. “El acuerdo de la OCDE y las normas destinadas a su transposición deberían armonizar las diferentes iniciativas ya emprendidas por los Estados miembros, puesto que estas diferencias podrían dar lugar a discrepancias y vacíos legales”, dice el informe. En esta línea, las conclusiones del CESE abogan por un acuerdo internacional en torno al Pilar I “que se abstenga, en la medida de lo posible, de aplicar normas excesivamente complejas y que tenga como objetivo lograr la transparencia, la previsibilidad y la simplificación administrativa, manteniendo unos costes de cumplimiento reducidos”. El documento advierte que “un sistema demasiado complicado podría crear oportunidades para eludir las normas recién acordadas y reducir así la eficacia de las mismas”.
Además, el CESE señala que las empresas digitales de
El Comité Económico y Social Europeo apuesta por eliminar las ‘tasas Google’ de los países
penden en gran medida de los activos intangibles para la creación de contenidos, en especial del uso y el aprovechamiento de los datos de los usuarios para generar valor. A su juicio, “este método de generación de valor no está cubierto por los sistemas de tributación vigentes, y da lugar a un desajuste entre la creación de valor y la fiscalidad”.
El informe pide gravar los intangibles de las empresas, como el uso de los datos de los usuarios
Oportunidad
Asimismo, el Comité Económico y Social Europeo subraya que “la digitalización no solo constituye un reto, sino que también crea oportunidades para las autoridades tributarias”. A su juicio, la gran cantidad de datos de terceros a disposición de las autoridades tributarias permite automatizar más informes. “Las soluciones de software utilizadas por varias Administraciones tributarias para registrar los datos de las ventas en el momento de las transacciones –y que se pueden presentar directamente a las autoridades tributarias– ya han aumentado significativamente los ingresos por el IVA de algunos países”, concluye.