Qué impuestos soportan las grandes fortunas en Europa
OTROS PAÍSES/ España sumará al de Patrimonio otro gravamen sobre la riqueza y podría fijarse en los ejemplos de otros países.
El anuncio por parte del Gobierno de la creación de un nuevo impuesto a las grandes fortunas ha suscitado la duda de cómo implantará el Ejecutivo esta medida que se sumará a los tributos ya existentes sobre la Renta y sobre el Patrimonio.
De momento, el único detalle ofrecido por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, es que se tratará de un nuevo impuesto extraordinario que será tramitado con carácter urgente para su entrada en vigor en 2023 a través de una ley específica, tal y como exige la creación de un nuevo impuesto, y no mediante los Presupuestos Generales del Estado.
Esto permite descartar que se trate de una subida de tipos o creación de nuevos tramos en el IRPF para gravar a las rentas más altas, o que se vaya a realizar una subida del Impuesto sobre el Patrimonio que, de todas formas, no supondría una solución, ya que las comunidades autónomas tienen capacidad normativa para esquivarlo y llegar a suprimirlo mediante su bonificación total. De hecho, la creación del impuesto a las grandes fortunas, una demanda de Unidas Podemos desde el inicio de la pandemia y rechazado hasta ahora por el PSOE, ha llegado como respuesta del Ejecutivo a la ofensiva fiscal del PP en las comunidades autónomas que gobierna, con el anuncio de una bonificación en Patrimonio del 100% en Andalucía, uniéndose a Madrid; la ampliación del 25% al 50% en Galicia, y el adelanto de que la Región de Murcia también se plantea su eliminación el próximo año.
Tal y como indica la Tax Foundation, España es ac
La ministra de Hacienda ha indicado que el tributo se tramitará de urgencia en su propia ley
Francia, Bélgica e Italia aplican tributos que gravan la riqueza a través de activos específicos
tualmente el único país de la UE que aplica un Impuesto sobre el Patrimonio neto como tal, después de que durante las últimas décadas muchos países hayan optado por suprimirlo.
En concreto, España grava con tipos de entre el 0,2% y el 3,5% a los contribuyentes con patrimonios superiores a los 700.000 euros, sin contar 300.000 euros de la vivienda habitual. Los países más cercanos que lo mantienen son Suiza y Noruega, que no pertenecen a la UE.
Sin embargo, en la búsqueda de la fórmula para aplicar el nuevo tributo, el Gobierno de Pedro Sánchez sí podría fijarse en el ejemplo de algunos impuestos o tasas específicos con los que algunos países de la UE gravan elementos concretos que forman parte de los activos patrimoniales de los contribuyentes con mayores rentas. El más cercano es Francia, cuyo primer ministro, Emmanuel Macron, suprimió en 2018 el conocido hasta entonces como impuesto de solidaridad a la fortuna, creado en 1989, para sustituirlo por el impuesto sobre la fortuna inmobiliaria que se aplica a los contribuyentes que tienen un patrimonio inmobiliario neto superior a 1,3 millones de euros, con un tipo de hasta el 1,5%.
Por su parte, Bélgica grava desde 2021 con un tipo del 0,15% las cuentas de valores que superen el millón de euros, mientras que Italia tiene un impuesto que grava al 0,76% las propiedades de los contribuyentes en el extranjero y al 0,2% las inversiones financieras, aunque el nuevo gobierno ultraderechista de Giorgia Meloni podría optar por eliminarlo.