Alerta por la confidencialidad de las cuentas de las multinacionales
Las empresas advierten que el envío de información fiscal a varios países que exigirá el plan de la OCDE desprotegerá los secretos comerciales de las compañías y podría distorsionar la competencia.
Alerta en las multinacionales por el impacto del plan fiscal internacional de la OCDE en la confidencialidad de sus cuentas y operaciones comerciales. Las futuras exigencias que plantea el organismo internacional –que todavía negocia el proyecto con los países– recogen una serie de obligaciones de envío de información fiscal a las distintas jurisdicciones en las que una empresa tenga un establecimiento permanente.
El reparto masivo de estos datos entre las agencias tributarias, para que los Estados puedan exigirles su parte de impuestos bajo el amparo de este nuevo proyecto, ha despertado recelos entre las grandes compañías. A su juicio, las autoridades fiscales deberían compartir sólo la información necesaria para hacer frente a las nuevas obligaciones fiscales, y no todos los datos de manera indiscriminada.
Así lo apunta, por ejemplo, la asociación norteamericana Business Roundtable, que representa a los directores ejecutivos (CEO) de las empresas líderes de Estados Unidos, en sus comentarios a la consulta pública que ha llevado a cabo la OCDE sobre los progresos de su proyecto fiscal internacional. “Creemos que
Los grupos ven más fácil que los competidores puedan destapar operaciones clave
Las entidades piden configurar una única declaración global para evitar la doble imposición
administración tributaria sólo debería proporcionar la información que sea relevante y material para las jurisdicciones a través de un anexo separado. No vemos ninguna razón, desde el punto de vista de la administración fiscal, para que una jurisdicción exterior tenga derecho a la información relativa únicamente a otras jurisdicciones”.
Las multinacionales advierten que el envío indiscriminado de sus datos alrededor del mundo pone en riesgo la confidencialidad en sus operaciones, al haber más posibilidades de filtraciones. De esta manera, ven más fácil que los competidores, incluso los piratas informáticos, puedan destapar operaciones cla
ve para el desarrollo de su negocio.
“El enfoque adoptado en estos momentos en el informe de situación de la OCDE parece ignorar la relevancia de la confidencialidad de los contribuyentes y las distorsiones de la competencia al exigir que cada parte afectada reciba toda la información, en lugar de los datos relevantes para su jurisdicción particular”, apunta Business Roundtable. A su juicio, cada Administración debería recibir únicala mente la información pertinente necesaria para calcular su respectivo importe A, que será el nuevo derecho impositivo para las jurisdicciones sobre una parte del beneficio residual del grupo multinacional una vez aprobado el plan de la OCDE. “Para aliviar los problemas de confidencialidad, el contenido completo del paquete de documentación común no debería compartirse con cada jurisdicción”, apunta el informe de la asociación norteamericana.
Por otra parte, las compañías consideran que, tal y como está diseñado ahora el mecanismo de la OCDE, pueden existir problemas de doble imposición, ya que las empresas deberán aportar, a posteriori, pruebas del pago del impuesto extranjero. “No deberían estar obligadas a solicitar la desgravación de las jurisdicciones a través de la declaración fiscal local. Esto debería formar parte de una declaración global para minimizar la doble imposición”, apuntan los empresarios.