ASÍ LA VEMOS
Esos discos de perfil ondulado y las llantas de inspiración CBR1000 RR ya van anunciando que no solo ha sido diseñada para ir de paseo. Te obsequia con unas excelentes sensaciones en tramos revirados. Y es muy ligera, gracias a una distancia entre ejes de solo 1.410 mm de la mano de su compacto motor. Con su configuración, la CB 500 F resulta idónea para introducirte en la experiencia de disfrutar de una moto de gran cilindrada, permitiéndote corregir trazadas. Y su frenada mantiene este elevado nivel, con unas pinzas Nissin que exhiben potencia y dosificación.
Si fuera de la urbe te acompaña con agrado en cualquier circunstancia, en ciudad es tu amigo íntimo. Desde apretar el embrague con solo un dedo, la respuesta progresiva de los frenos y la suavidad extrema del funcionamiento de su m otor, rodar por la ciudad se convierte en todo un placer. El sonido está muy contenido, pero su voluminoso escape deja escapar los suficientes decibelios para sentirte sobre una moto-moto.
El asiento de solo 785 mm de altura además recibe una forma en la intersección con el depósito adecuada para facilitar llegar con ambos pies al suelo. El propulsor no esconde ni un centímetro de su zona exterior para que te deleites con la imagen de cada una de sus líneas. La decoración en bronce de sus tapas laterales y culatines incrementan esa sensación de calidad, y destila agresividad y parentesco con otras series CB de superior cilindrada. Dicha sensación de moto de más cilindrada se refuerza con la visión de las rejillas sobre las extensiones laterales del depósito, detalles remarcables en una moto de 5.900€.
CON PASAJERO
No es su mejor faceta, pero cumple sin más como una supersport tradicional. El generoso par hace que ir acompañado no signifique un obstáculo.