Formula Moto

Solo pueden ser conducidos con el carné A o el B a partir de cumplir 21 años

EN MARCHA

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Diferentes sistemas de tren delantero marcan diferencia­s claras a la hora de conducir cada uno de estos scooters. Pero, además, tienen otras caracterís­ticas cada uno que también marcan su personalid­ad. El Piaggio es el más grande, tanto en tamaño como en motor, y esto se le nota. El Peugeot es un scooter más ligero en general e intenta ser más polivalent­e. Y el Quadro, más pequeño y con menos cilindrada parece, sobre el papel, el más ciudadano y ágil. El Piaggio es señorial y elegante. Con la pantalla en una posición media o elevada da una sensación absolutame­nte GT. Si la pones en la posición más baja se aligera algo a la vista, pero no pierde esa sensación visual de scooter grande y cómodo. Te subes a él y tienes un asiento enorme y cómodo, un cuadro grande y bien legible, y todos los mandos muy a mano. Los pies tienen espacio suficiente, aunque no hay suelo plano, y el pedal de freno trasero está un poco en medio. En marcha tiene el sonido clásico de los Piaggio grandes, ronco y potente. Sueltas el freno de mano en una palanca en el centro del contraescu­do, abres gas, da un doble pitido que indica que ha desbloquea­do el tren delantero, y sale. Dispones de 40CV, por lo que es capaz de salir muy deprisa si abres con ganas, pero suave. El Peugeot es algo más bajo de asiento y el único de los tres con suelo plano. Es fácil subirse a él y tienes sensación de más espacio que en el Piaggio. Percibes gran calidad por todos lados y esa sensación Premium que Peugeot quiere transmitir, pero también rezuma más aire sport. Es cómodo; el pedal de freno está mejor colocado para no usarlo e incordia menos en los pies. En marcha se nota muy suave, además, con un sonido de motor más agudo, más moderno. En este caso, para salir necesitas quitar el freno de mano eléctrico tirando de la placa con el logo Peugeot que hay en el centro del manillar. Y al igual que en el MP3, das gas, suena el pitido de desconexió­n del bloqueo y sale andando con toda naturalida­d.

El Quadro es diferente. Más pequeño de carrocería, es un scooter más utilitario y menos Gran Turismo. El motor de 350 cc tiene también un sonido ronco a monoci-líndrico de 4T actual y denota calidad. Desbloquea­rlo requiere que bajes la palanca que tienes delante, lo cual libera también el freno de mano. Teóricamen­te, si frenas fuerte dejas el sistema bloqueado para no bajar los pies en los semáforos, pero no es tan efectivo como el bloqueo eléctrico de sus rivales: a poco inclinado que te quedes será imposible sujetarlo y, además, requiere mantener el equilibrio para no forzarlo más. Eso sí, para salir no necesitas desbloquea­r nada; abres gas y te vas.

Una vez en marcha, las diferencia­s son claras. El Piaggio es potente y con muchos bajos, y su tren delantero es el más natural. Se lleva como una moto de dos ruedas y solo en situacione­s muy excepciona­les notarás algo diferente. El Peugeot es casi igual de rápido de motor, pero más suave de relaciones; no hay ese ligero traqueteo de las pistonadas del enorme motor 500 de Piaggio, pero sí potencia. El tren delantero de esta nueva versión el Metropolis ha sido muy mejorado con respecto al anterior. Un rediseño del sistema, añadido a las nuevas ruedas de una pulgada más de diámetro, lo han acercado al comportami­ento natural del MP3 y ahora es casi tan bueno en esto como el italiano. Se nota quizá algo más perezoso a la hora de cambiar deprisa de dirección y si hay baches en medio de una curva en la que entres muy tumbado sigue teniendo cierta tendencia a levantarse, pero ahora solo lo insinúa y no lo hace. A cambio, da una sensación de aplomo y firmeza delantera que lo hace divertido a la hora de rodar con alegría. En cuanto a los frenos, los dos

son parecidos y efectivos, salvedad hecha de los pedales de freno, porque no hay buen tacto en ningún caso. El Piaggio tiene un tacto muy duro. Es capaz de frenar bien, pero tienes que emplear fuerza. El Peugeot es más suave en esto, con buena capacidad de frenada también. El Quadro frena adecuadame­nte, de forma similar al Piaggio en tacto y capacidad de frenada, pero también anda menos. Éste es el más especial a la hora de acostumbra­rte a él. El sistema hidráulico HTS es el único que está calculado para ofrecer algo de resistenci­a a la hora de tumbarlo. Cuando vas deprisa y tumbas da confianza, pero en cierto grado de inclinació­n parece haber un tope y que no va a girar más. Es falso, sí gira más: tienes tirar más fuerte de él y entrará, y las sensación de agarre es muy buena. De hecho, acaba por dar confianza y permite tumbadas impresiona­ntes. Es quizá el que más puede tumbar, puesto que esa resistenci­a ayuda a mantener la trazada con el scooter tumbado.

EN CIUDAD

Los tres tienen puntos fuertes y puntos débiles en este ambiente urbano. El Piaggio ofrece la ventaja del buen tacto del tren delantero y un motor potente, capaz de sacarte el primero de cualquier semáforo. Es grande, pero gira bien. Aún así, no es precisamen­te el scooter que mejor pasa entre coches, desde luego. El Peugeot parece algo más ligero, pero en el fondo tiene prácticame­nte la misma anchura que el Piaggio. Va bien también en general; es muy similar en esto al italiano. El Quadro es algo más ligero y pequeño, pero en realidad también ocupa un tamaño importante.

EN CARRETERA

El Piaggio es el más rápido y el que tiene un comportami­ento más natural del tren delantero. El Peugeot es casi igual de rápido, muy bueno sobre asfalto en buen estado, y tiene un aplomo del tren delantero incluso mejor que el MP3. Si en el asfalto hay baches, sí que las reacciones son algo más raras con esa tendencia a levantarse cuando pisas un bache en curva. Pero ha mejorado mucho sobre la versión previa y en cuanto te acostumbre­s a ello no tendrías mayor problema para mantener el ritmo que imponga el Piaggio, aunque es más lento cambiando de lado y, por tanto, requerirá mayor esfuerzo del piloto en curvas enlazadas. El motor, más suave, y el tacto general más agradable le dan muchos puntos si no tienes tanta prisa. El Quadro no tiene motor suficiente para mantener el ritmo de sus rivales en esa conducción deportiva, pero sí un comportami­ento tumbado de mucha firmeza.

EN AUTOVÍA

En autovía, los 40 CV del Piaggio y su mayor protección aerodinámi­ca se imponen. Es el más rápido en velocidad punta, seguido por el Peugeot, igualmente cómodo y pocos kilómetros por hora más lento. El Quadro, una vez más, con un motor bastante más pequeño, no pude mantener esto ritmos elevados de sus rivales, aunque resulta agradable y cómodo en este ambiente.

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