DUCATI V4 S
A FINALES DE LOS 70, DUCATI TENÍA TALES PROBLEMAS FINANCIEROS QUE ESTUVO A PUNTO DE DESAPARECER. CUATRO DÉCADAS MÁS TARDE HA LANZADO UNA PANIGALE QUE QUIZÁ SEA LA SUPERBIKE MÁS TECNOLÓGICA E IMPRESIONANTE DE TODOS LOS TIEMPOS. Y SU PRIMERA V4 DE SERIE.
Cuando me llegó la invitación para asistir a la presentación internacional celebrada en el Circuto Ricardo Tormo, te prometo que estaba en ascuas desde ese mismo instante. El trazado valenciano es una pista muy técnica, donde una superbike de última generación puede permanecer sin problemas en segunda marcha durante gran parte de su recorrido, tan solo metiendo tercera en zonas puntuales y cuarta en la alucinante de izquierdas que desemboca en la recta de meta. En la recta sí llegarás a insertar quinta... ¡a 290 km/h! Quizá unos datos como sus 215 CV y 195kg en vacío pidan más una pista del estilo Phillip Island, pero la última propuesta de Ducati es mucho más que unas impresionantes cifras. En un trazado revirado como Cheste es donde mejor se puede analizar una asombrosa electrónica y hasta qué punto incide un chasis en la facilidad de pilotaje. Y la nueva Ducati Panigale V4 tiene de todo esto a raudales. La primera pregunta que te haces antes de subirte a la Ducati Panigale V4 es cómo se sentirá respecto a sus precedentes V-Twin con sus dos cilindros de más. A mi me encantan las Panigale bicilíndricas, pero reconozco que son motos complicadas de llevar en el día a día porque resultan demasiado agresivas cuando las pilotas fuera de un circuito.
La versión disponible durante la presentación fue la V4 S, que se distingue de la edición estándar por su equipo de suspensiones Öhlins electrónicas, amortiguador de dirección de la misma firma sueca, llantas forjadas de aluminio, batería de ión-litio y subchasis delantero de magnesio. En cuanto sales del "pitlane" ya tienes el morro de la Ducati Panigale V4 apuntando a la curva 2 (Doohan) y la cosa empieza a ponerse interesante. Como si fuera un tirachinas, la potencia llega en tropel. En ningún momento me pidió que cambiara de marcha antes de llegar al punto de frenada. Un ligero toque a la palanca izquierda y el cambio semiautomático acelera en vacío él solo. Entonces la instrumentación muestra que has bajado una marcha. Y aunque tú ya estás dentro la curva, tu cerebro se encuentra todavía asimilando cuando rodabas 200 metros antes. Increíble.
En la siguiente aceleración genera un aullido espectacular. Entonces me doy cuenta que la esfera digital de la instrumentación que me parecía tan atractivo en parado no es tan práctico, ya que los dígitos son muy pequeños. Así que no te queda otra que seguir alimentando con marchas el voraz motor de la V4. La entrega de potencia es tan lineal que la moto comienza desde abajo a cobrar vida hasta que empieza a mover la cabeza cuando te encuentras ya con un corte de encendido que ha surgido de la nada. Te encomiendas a los frenos Brembo Stylema monobloque de última generación, una exclusiva en 2018 de esta Ducati y que resultan una evolución de sus afamados M50, significando 70 g de ahorro por pinza. Cuando apreté los frenos a 280km/h a final de recta esperé que hicieran bien su trabajo. Solo te puedo decir que tuve que volver a dar gas para seguir la trazada hacia la curva 1... Los frenos nunca han sido un problema en las Panigale y ahora tampoco. Me voy a tener que poner más en forma en el gimnasio para aguantar tanta fuerza.