BMW
R nineT Scrambler
Desde el lanzamiento de la primera BMW R Nine T en 2013, que conmemoraba el 90º aniversario de la marca, BMW ha ampliado su gama Heritage aprovechando el tirón de ventas de su alma máter y el innegable éxito de la moda vintage. La R Nine T Scrambler llegó al mercado en 2016, pero sigue plenamente vigente gracias a la apuesta indisimulada de la marca por el segmento retro. Desde entonces, han llegado a la familia tres modelos más, Pure, Racer y Urban G/S, que sumados a la roadster original completan una saga fantástica donde la variedad de estilos y la capacidad de personalización las han convertido en auténticas referencias de su segmento.
Puedes pensar que el hecho de que en la actualidad haya cinco versiones en lugar de dos puede producir una canibalización de ventas dentro de la propia gama, pero lo cierto es que BMW ha pensado muy bien todas ellas para que cada persona encuentre su R NineT adecuada. Es difícil decidirse por una de ellas, ya que son todas especiales. Por eso quiero explicarte por qué la Scrambler me parece la más plural y equilibrada. Sorprende lo práctica y placentera que resulta. ¡Y con una personalidad indiscutible! Si las dividimos una a una, la R NineT original o la Racer están enfocadas a conseguir unas prestaciones más que dignas para definirse como motos para quemar adrenalina en salidas de domingo por la mañana; la Urban GS se erige como la opción más off road de todas; y la Pure, como la opción de entrada a la gama. Entre todas ellas, su hermana Scrambler está más dispuesta a servirte en cualquier momento, ya sea durante una hora, un día, una semana o un mes, en ciudad o en cualquier tipo de carretera. Te será útil para ir a tra-
bajar o para salir al cine, para recorrer esa espectacular ruta que te han recomendado, para ir a tu bar preferido o para marcharte de vacaciones. Y hasta experimentar en campo.
Cuenta con la posición de conducción más relajada de todas las variantes, impagable para la usabilidad de la moto en diferentes circunstancias. Eso es posible porque tiene un manillar más alto y ancho que en la R NineT (ni hablamos de la Racer en este aspecto) y unos reposapiés retrasados y bajos, que de la mano de su precioso asiento de piel estilo cuero a 820 mm del suelo, te permite llevar las piernas bastante estiradas.
Si no eres de los que te vas a meter en líos de personalización, es un punto más para la Scrambler. Su estética estándar es la más dinámica y plural. Te da la sensación de que es una moto que le quedaría bien tanto a un chico de 20 años como a uno de 55, con un carácter juvenil pero moderado. Además, la combinación de colores entre el depósito de aluminio cepillado y el asiento de color cuero es difícilmente resistible a cualquier mirada.