ASÍ LA VEMOS
Ergonómicamente está bien resuelta. Los mandos están en buena posición, aunque la palanca del cambio (por supuesto, fácilmente regulable) viene un poco baja si llevas botas. Eso sí, la precisión y tacto del cambio es encomiable. Las manetas, similares a las que se emplean en las otras Zontes, muy originales y de estilo un tanto "racing", son regulables en distancia. Las piñas, grandes y muy pobladas, también tienen buen tacto y colocación de los mandos, salvo en el caso de los intermitentes. No se cancelan pulsando, sino que es un interruptor de corredera y tienes que volver a empujarlo al centro.
No hay vibraciones exageradas ni ruidos mecánicos. Cuando metes primera entra con suavidad, sueltas el embrague y la moto sale también con suavidad. En ciudad se llega bien al suelo, es cómoda y más pequeña de los que parece. No gira nada mal y se siente ligera, por lo que si hay que meterse en el atasco diario no parece una mala opción. Entre sus dos modos de motor no hay gran diferencia, pero sí se nota. Cuando pasas de 7.000 rpm la moto "entiende" que ya no quieres entrega suave, por lo que ambos mapas se equiparan. A medio régimen si se aprecian algunas vibraciones en los reposapiés que no llegan a ser molestas. A fin de cuentas es un monocilíndrico con mucha compresión. Las suspensiones también son un punto muy acertado. No es fácil el tarado de estos elementos en una trail, donde los compromisos son mas complejos que en otro tipo de motos. La moto no se nota "blanda" al frenar o al hacer curvas a buen ritmo, pero tampoco es dura sobre asfalto roto o fuera del asfalto. Y los frenos ofrecen buen tacto y mordiente.
CON PASAJERO
Se encuentra sentado muy alto y con las estriberas también bastante elevadas. Se beneficia de amplias asas y un espacio disponible amplio.