KAWASAKI Z 125
KAWASAKI NO HA SIDO NUNCA UNA MARCA PROLÍFICA EN EUROPA EN EL TERRENO DE LAS PEQUEÑAS CILINDRADAS. SIEMPRE HAN ESTADO MÁS CÓMODOS EN EL SEGMENTO DE LAS MOTOS GRANDES. HASTA AHORA.
Una Kawasaki Z es, desde hace casi 50 años, una naked deportiva. Casi siempre ha sido sinónimo de motos grandes y potentes, pero en los últimos años la tendencia de mercado ha aconsejado a la marca japonesa exportar ese concepto a cilindradas inferiores, hoy día 400 e incluso 125. En 2019 lanzan dos modelos con toda la intención de convertirse en un rival importante en la cilindrada de convalidación.
La Z 125 es una de ellas. Hermana de la Ninja 125, la versión carenada, ambas equipan un motor muy potente y heredan, como suelen hacer las japonesas, las líneas y estilos de las grandes deportivas y naked de cada marca. En el caso de la Z, los colores son similares a los que puedes encontrar en la superventas Z 650, o esa carrocería en blanco y negro y chasis multitubular en acero que la marca presume de usar desde el lanzamiento de la Nin
ja H2, terminado en un llamativo verde metalizado.
Ahora Kawasaki ha sabido hacer una 125 deportiva de gran nivel. Ha sabido fijarse en lo que ofrece la competencia y desarrollar su nueva naked de octavo de litro con buena calidad. El lanzamiento, de hecho, ha recordado, por ejemplo, al de las Suzuki GSX 125. Las versiones naked y carenada de la moto se presentaron a la vez en el último Salón de Colonia y se han puesto a la venta también al mismo tiempo. Por otro lado, cuando pruebas la Z ves que han conseguido un interesante compromiso una 125 y el verdadero carácter Kawasaki en cuanto a respuesta de motor y comportamiento, un aspecto que intentan todas las marcas, pero que no todas consiguen. La moto mantiene las reglas de diseño más habituales recientemente en este segmento. Es una moto con un chasis pensado para el tamaño actual. Por tanto, no se trata de una moto pequeña. Pero también sabe que con
Dispone del verdadero carácter Kawasaki en cuanto a respuesta de motor y comportamiento, lo que la distingue de sus rivales
15 CV es mejor no pasarse en componentes como enromes carrocerías, horquillas exageradas o ruedas que den la apariencia de ser una 1000. Esto queda muy bonito y espectacular, pero afecta a las prestaciones y al comportamiento. La Kawasaki, como ocurre con otras 125 cc, puede tener cierto aspecto de moto excesivamente ligera, pero te aseguro que con ello han conseguido un buen
nivel de prestaciones y, además, un comportamiento muy divertido, noble y eficaz. Una verdadera Z en 125 cc.
A la vista está que la moto sigue las líneas de diseño de toda la gama Z, esa filosofía estética que Kawasaki denomina "Sugomi" y que hace referencia al miedo, a algo que produce temor. Es, en definitiva, un estilo agresivo, líneas deportivas y actuales, muy llamativas. Por otra parte, han aprovechado esta nueva época en la marca de fabricar sus chasis con una estructura multitubulares derivada de la desarrollada en la extraordinaria Ninja H2 para, en este caso, también hacerlo muy visible.
El motor deriva del monocilíndrico de 250 cc que ya se conocía en la marca. Su funcionamiento es impecable. Se ha buscado un propulsor que alcance el tope de potencia legal de 15 CV, pero que sumara "carácter Kawa", y definitivamente lo han conseguido. El equipamiento es el punto más débil de la Kawasaki Z 125. Chasis y motor están a muy buen nivel y se comprueba con la moto en marcha. En parado, buscándole esos detalles en los que la competencia aprieta, descubres que la Kawasaki, simplemente, aprueba. No dispone de iluminación por LED, con intermitentes, piloto y faro de bombilla. El cuadro, digital LCD, es muy justo tanto en tamaño como en información, ya que no incluye temperatura motor ni indicador de marcha engranada. Sí destaca la posibilidad de elegir entre dos asientos a dos alturas. De serie ofrece 815 mm, pero puedes pedirla con otro que lo reduce a 785 mm. Está bien terminada en cuanto a calidad de componentes como manetas, piñas y demás.
En velocidad es capaz de mantenerse por encima de los 100 km/h, con una punta real de 111 km/h, por tanto, en la parte alta del "raniking" de las más rápidas de su segmento, y con un comportamiento y sensaciones que entran dentro de un concepto realente sport.